1. Nombre de ángel: Matías


    Fecha: 21/04/2018, Categorías: Transexuales Autor: Mewlen, Fuente: CuentoRelatos

    ... una frazada y la cubrí. Me senté al lado de ella, tratando de no despertarla. Nunca había tenido la oportunidad de verla así, tan indefensa.
    
    Se me antojó la mujer más hermosa del mundo.
    
    Sí, mujer... por primera vez la vi como una mujer ya hecha y derecha. Aquel año la había cambiado; había en su semblante una expresión que decía a las claras que ya no era la niña que atropellé aquella atolondrada noche hacía casi un año. Notaba en ella la expresión de alguien quien ya comenzaba a tomar el control de su vida, alguien quien había pasado por una prueba muy dura y había logrado salir entera.
    
    Me puse de rodillas frente a ella, buscando mirarla mejor. No supe realmente qué es lo que estaba haciendo. La quería demasiado como para intentar nada en aquel momento; no sólo hubiera sido impropio: hubiera sido indigno. Me recreé en su vista por largos minutos, venciendo al final mi reticencia al contacto al retirar un rebelde mechón de su cara. Se despertó al instante, mirando fijamente a mis ojos.
    
    Tardó un par de segundos en reaccionar. Esperaba que me gritara o me golpeara; en vez de ello, saltó hacia mí, haciéndome caer de espaldas.
    
    - ¡Matías, volviste!
    
    - Eh... claro -dije-... esta es mi casa, ¿no?
    
    Se incorporó como si yo hubiera sido veneno...
    
    - Sí, claro... tienes razón... lo siento... me iré a primera hora
    
    - ¿Qué?... ¿cómo?... ¿qué cosa?... ¿tú? ¿¡qué!?
    
    - Si, lo siento... no pretendía que te enojaras... de veras lo siento... no te preocupes, ya no ...
    ... volveré a molestarte
    
    Me paré al lado de ella... no estaba entendiendo nada
    
    - ¿¡Se puede saber qué dices!?
    
    - Tú... bueno... te enfadaste... te fuiste... no quisiste pasar tu cumpleaños conmigo... tu madre dijo que te habías enfadado en serio... yo no quise... no quiero... yo... no me abandones por favor... ¡te necesito!... te amo
    
    Me besó en los labios, con pasión, con desesperación, mientras ahogaba su llanto en mi boca. Yo estaba bloqueado. Sí, cierto, había estado enfadado, muy enfadado... tanto como para gritar y decir y hacer cosas que de veras no sentía. Desde pequeño me acostumbré a que cuando me sentía así buscaba espacio para pasar la rabia y no hacer una estupidez... desahogarme y volver cuando me calmara...
    
    ... Y mi madre lo sabía... vieja zorra...
    
    ... Hizo llorar a Susana -pensé-... la mataría más tarde, luego de agradecerle por este momento.
    
    Disfruté del beso como no lo había hecho nunca. Mis manos comenzaron a recorrer su espalda y su cintura con intenciones poco -o muy- honestas. Deseaba tanto aquello que casi me dejo llevar, sin embargo, un último atisbo de cordura me hizo detener.
    
    No, no la rechacé ni nada por el estilo... ni siquiera la solté de mi abrazo; hubiera preferido cortarme los manos. Simplemente me detuve, apoyando mi frente con la suya, dejándola sollozar tranquila, esperando que se calmara.
    
    Le tomó unos minutos hasta que pudo hablar más tranquila
    
    - Bueno -dijo-... el gato está fuera de la bolsa, ¿no?... te amo, te amo con ...
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