1. Cuñada despechada, cuñada garchada


    Fecha: 16/07/2017, Categorías: Incesto Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... dilatación forzada. Culito virgen y tan estrecho es la tentación, ella entendía y creo que disfruta sentir a su hombre hacerle el ano de manera tan agresiva, entre gemidos y jadeos, sentía la vida latiendo dentro de su cuerpo.
    
    En una breve pausa para darle un resuello, mientras acarició su trasero enrojecido.
    
    —Sabes que prefiero esta forma de hacerme el amor al “te duele?” recurrente y mentiroso de mi marido, entregarte mi colita virgen me hace feliz sin esforzarme, es una sensación inédita, ni sé que signifique esto que me pasa. Todo es culpa tuya, me siento como un pez en la pecera, que dicen solo tienes siete segundos de memoria, por eso pueden habitar en ella. Cuando esté de regreso me masturbaré para recordar este momento, pensándote mucho.
    
    Coloqué una almohada bajo el vientre, elevando sus caderas para penetrarla con mayor comodidad y permitir accionar sus manos sobre el clítoris. Solo otro poco de cremita en el glande y me mandé dentro, con todo, sentirme todo dentro de ella era algo indescriptible, los sentidos alterados y las emociones enredadas nos sumieron en la vorágine atronadora de movimientos frenéticos, jadeos y gemidos que llenaron el ambiente de pasión. Apurando y apretando mi cuerpo, teniéndola sometida a la pasión delirante de mi calentura.
    
    —Dame fuerte, dame fuerte!! más rápido, más rápido!!!
    
    Su pedido se sumó a la necesidad ...
    ... imperiosa de mi calentura por venirme, movimientos de pelvis apremiados por la fogosa impaciencia del esperma que busca atropelladamente vía de escape. Jadeando locura pasional, solté el primer chorrazo de semen, sentía fluir la vida dentro de su vida.
    
    —No te salgas, quédate, espera que se baje, me haces doler saliendo así, tan dura. Me gusta sentirme apretada, dominada, sometida…
    
    Escuchamos el chapoteo al retirarme de ella, una ventosidad espumosa de semen asomó tan pronto se la saqué. El hoyo seguía latiendo, enrojecido, su dueña con el resto de “regalo” dentro latiendo mi vida dentro de la suya.
    
    Se vistió, ropa interior de esposa, toallita femenina dentro de la bombacha retendría la eventual salida de mi semen. Dijo que no se lavaría, quería viajar llevándose mi leche y la incomodidad del desvirgue anal, sería su necesaria compañía.
    
    Estaba ante una mujer desconocida, distinta al que había conocido tan solo días antes, esta había perdido el pudor, atrevía a dejarse llevar con este hombre por la aventura del placer sexual, hablar de todo menos de amor.
    
    En la madrugada, recibí el whatsapp: “Llegué bien, tu “regalo” viajó dentro de mí. El tuyo lo tienes en el bolsillo de tu chaqueta”. Me levanté, para buscarlo, me había dejado el soutién y la tanga, con su aroma...
    
    Cuántas como Mabel existirán, desearía saberlo:[email protected] porfa...
    
    Nazareno Cruz. 
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