1. La tentadora oferta


    Fecha: 21/04/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... darle a Ramón sus prendas, brassieres y calzones de lencería, transparentes, con provocativas costuras. No dijeron nada, pero fue en ese momento cuando Ramón empezó a sentir como su pene se endurecía.
    
    El albañil tenía unos viejos pantalones cortos de pana, algo holgados, en deplorables condiciones que utilizaba, sin excepción, todos los días. Llegaba por las mañanas y se cambiaba. Cuando andaba fuera, se quitaba su camisola. El día de la falla de la secadora, entró a la lavandería sin la camisola.
    
    Puso la lencería de Ana sobre la mesa del comedor y se retiró. La hubiera ayudado a colgarla, pero su erección era notoria.
    
    Salió al jardín y al poco tiempo salió ella a colgar sus prendas. Ramón la observaba a distancia. Minutos después terminó y se dirigió a donde estaba el albañil, sudada, para ver cómo iba su trabajo. Para ella era natural ver el moreno torso de Ramón brillante de sudor. Moreno de nacimiento y excesivamente bronceado por el sol.
    
    Ramón era un individuo sumamente delgado, de aproximadamente 1.70 metros, cuyos músculos, si bien no exagerados, estaban bien delineados por su constante actividad. Su rizada cabellera y desalineada barba se encontraban casi siempre polvosas. Ana se impresionaba con la facilidad que levantaba sacos de cemento se 50 kg, cubetas con mezcla, con una increíble habilidad para trepar y saltar. Tendría unos 35 o 36 años.
    
    El albañil, al ver que no estaba Ana, se acercó al tendedero y se puso a contar los calzones y brassieres… ...
    ... eran como 15 calzones nada más.
    
    - Esta doñita sí que se cambia de calzones- murmuró Ramón.
    
    Volteó a su alrededor, entró a la casa y luego a la cochera y se percató que no estaba su auto. Caminó de nuevo al tendedero y se quedó mirando las sexys prendas de Ana.
    
    Tomó un calzón y un brassiere y se dirigió al cuarto posterior de la casa, donde guardaba sus pertenencias, poniendo las prendas a un lado de unos sacos de cemento. Encendió un cigarro, se sentó sobre los sacos de cemento y se recargó en la pared. Se quedó un rato inmóvil mientras fumaba. Se puso de pie, bajó sus pantalones tomó el brassiere de Ana y lo amarró en la base de su enorme pene. Tomó luego el calzón y comenzó a masturbarse con él, experimentando un placer extremo.
    
    Tras varios minutos, Ramón tuvo una tremenda y abundante eyaculación. Limpió su semen con el calzón de Ana y las copas de su brassiere. Se levantó y guardó ambas prendas impregnadas en el cajón del armario, junto a sus cosas, declarando que a partir de ese momento los utilizaría para calmar sus ansias por la bella señora, algo que, según él, sería lo más cercano que estaría de sus nalgas y sus tetas.
    
    ********
    
    Para Ana habían pasado tres largos días y empezaba a sentir los estragos de la falta de sexo. A sus 27 años, estaba acostumbrada a tener relaciones por lo menos 5 o 6 veces a la semana. Siempre fue una mujer algo caliente. Recién casada tuvo relación sexual, una sola vez, con Pedro Juan, un amigo muy cercano a Eduardo, aún ...
«1234...10»