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El primer sexo anal de Denisse
Fecha: 23/04/2018, Categorías: Masturbación Autor: Caballeroazul, Fuente: CuentoRelatos
... embargo, esto era sólo el comienzo. Puesta de pie se colgó de mi cuello con su brazo izquierdo; mientras que con su diestra acariciaba mi herramienta a punto de reventar. Sus besos me enloquecían y la tire sobre la cama y casi de un tirón le arranque las dos únicas prendas que le quedaban puestas y la tuve por fin desnudita ante mí. Nos acomodamos en la cama en "un 69" y mientras me comía su rica conchita ella no paraba de chupar con locas ansias mi endurecida verga y de acariciar mis huevos llenos de leche en ese momento. Debieron transcurrir varios minutos hasta que sin poder controlarme descargué varios chorros de caliente líquido lácteo en su golosa boquita. La chica estaba tan arrecha que no dejo escapar ni una sola gota y y se tragó todo lo que le disparé. Aquella copiosa eyaculación me dejó agotado; pero, no dejé de saborear su delicioso majar mientras oía sus quejidos y veía como retorcía su cuerpo de placer. Pasados algunos minutos recuperé mi virilidad y acomodándola de frente con sus piernas en mis hombros le clave mi miembro hasta el fondo de sus entrañas; mientras ella apretando los dientes y estrujando la almohada empezó a gemir y a decirme "¡Así papacito!... Dame duro, duro... reviéntame la concha con esa vergasa que tienes"; y expresiones así que acabaron por sobreexcitarme más de lo usual, pues, yo que estaba acostumbrado a tiernas, inocentes y recatadas vírgenes; ahora tenía a una puta que hacía honor a su oficio. Pronto empezamos a cambiar de ...
... poses y la pasión de nuestros cuerpos empezó a convertirse en el gran emperador de nuestro furtivo encuentro sexual. Su cuerpo parecía conocer mis más íntimos deseos, pues, respondía a mis caricias adoptando las poses que esperaba y mi pene –aquella noche- había adquirido una virilidad envidiable ya que me permitía atravesar su intimidad sin perder su rigidez y potencia. Aquello era un sueño. Navegue sin descanso por su conchita fresca, jugosa y caliente a mi antojo. Yo me sentía un jinete, cabalgando sobre una suave y tibia pradera; y, ella gemía descontroladamente sintiendo su chuchita completamente llena por mi caliente e hinchada verga. Fueron largos minutos de desbordante pasión en los que sólo se escuchaba el lenguaje de la piel llena de pasión. Sin embargo, aquello sólo sería el delicioso preámbulo del clímax de aquella inolvidable noche de placer. Como resultante de una acuarela de poses y de manifestaciones de entrega sexual acabo en cuatro sobre la cama ofreciéndome en bandeja su rico culito que más allá de vérsele sexy se le veía apetitoso. Mi arrechura para entonces era tan fuerte que quise clavarle mi verga de un solo tirón olvidando que ese culito redondo y carnoso aún no había sido estrenado. A pesar de su reacción ante el dolor su calentura no disminuyó y viendo mi desconcierto sólo atinó a decir –"Despacito, papacito, que te vas a comer mi culito nuevecito"-. Pensé rápidamente que a pesar de ser un servicio no podía olvidar mi condición galante y que a ...