1. Flor –Abriendo una flor en primavera. Sexo en la oficina.


    Fecha: 29/04/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... calentura, apretando sus tetas a más no poder. Ella ayudó con una mano en su clítoris haciendo lo que la pija por su posición no podía.
    
    La gocé cuanto pude aguantarme, hasta que llegó el momento supremo de derramarle todo mi amor en esta conchita tan caliente. Salió como si fuera mi primera vez, con fuerza, intensa y caliente (según ella), no sé cuánto semen volqué, pero era interminable, no paraba de salir. En medio de mi acabada, ella pudo acabar nuevamente, por ende, doblemente placentero.
    
    El resto del fin de semana fue de entrega sexual a full, ambos buscando refugio afectivo y satisfacción en el cuerpo del otro, como si en ese tiempo hubiéramos encontrado al alma gemela que necesitábamos. Estuvimos plenos.
    
    La relación se prolongó por doce años, dos y tres veces a la semana teníamos nuestra cuota de sexo. Conformamos una pareja durante la semana laboral con hogar “transitorio, por horas”, lo más doloroso de la situación era cuando finalizaba “su turno”.
    
    El vínculo afectivo se fue afianzando, pero mis circunstancias familiares no permitieron concretar una convivencia efectiva.
    
    El sexo siempre fue de primera, como si este tópico transitara por carriles distintos a los problemas habituales, al llegar al ámbito de la habitación solo entramos nosotros dos y la necesidad de tenernos.
    
    No era solo sexo, aunque sí tenía importante papel. No tomó ningún anticonceptivo, cuando la fecha biológica no permitía acabarle adentro (era un perfecto reloj), el semen ...
    ... tenía como destino su deliciosa boca, siempre fue así desde la primera vez, excepto cuando circunstancialmente podía acabarle en el culito.
    
    Respecto del culito, muy estrecho, y mi pija bastante gruesa, según ella, no podía entrar en ella más allá de poco más de la mitad, le dolía de verdad.
    
    Hacerle la cola no era tarea fácil, aún con mucho cuidado, aguantaba quedando con lágrimas en los ojos, dolorida. El polvo anal, terminaba con ella consolándome por el sentimiento de culpa de dejarle el culito como flor, por ello solo lo hicimos en toda la relación no más de seis o siete veces a lo sumo. Sin embargo, ella si lo pudo realizar con un novio anterior, tanto que una vez lo repitió dos veces, pero conmigo no era posible, aunque ella ponía todo su empeño para ello, pero el grosor del aparato la cohibía haciendo el trámite dificultoso.
    
    Ha pasado el tiempo, sigo con la misma mujer, con el hijo adulto, sin Flor, pero no hay día que no la recuerde, que no la tenga presente, creo que formará parte de mi vida por siempre acompañando mi devenir como individuo.
    
    Esta relación que me tocó vivir, fue la etapa más hermosa, la que me salvó del llamado síndrome de los cuarenta. Su recuerdo tiene sabor dulce, la única amargura es la de no haber podido darle lo que pedía, convivencia. Deseo lo mejor para Flor, que pueda conseguir la compañía que no pude darle: Que pueda ser feliz.
    
    El autor de este testimonio, absolutamente real desearía saber la opinión de alguna mujer que sintió lo ...