1. Gesa, y las horas extras


    Fecha: 02/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... manoseaba desde su pierna hasta su hermoso trasero, pero necesitaba tocar sus pechos, sus hermosos melones que se erguían engreídos, tan firmes y perfectos, de manera que tomando su blusa desde abajo comencé a subir dejando al desnudo su vientre, ella lo notó enseguida porque dejó de besarme por un segundo, pero no se quejó ni dijo nada al respecto. Continúe subiendo su ropa hasta encontrarme en el pie de sus montañas, para seguir debía levantarla un poco, de manera que deje de besarla ella me miró por un momento con una mirada hipnotizadora, se levantó un poco, y con lentitud fui recorriendo la pendiente que formaba su brasier con sus pechos, que poco a poco quedaban expuestos, hasta que finalmente pude admirar su brasier negro el cual contenía sus dos peras. rápidamente le arranqué la camisa, y continuamos besándonos, acaricié su espalda y me dirigí al broche de su brasier, lo desabroché y los tirantes cayeron uno en cada costado, nuevamente ella se levantó un poco llevándose una mano al pecho, cubriendo sus pezones.
    
    Con la mano que tenía libre comenzó a desabotonarme la camisa, me la quitó y me la arrojó a la cara.
    
    Aunque dude un poco lo hice, y pronto me encontraba vendado. a la par que ella comenzaba a desabotonar el pantalón, torpemente, pensé que lo estaba haciendo con una mano, de manera que para retirarme todo el pantalón le tomó bastante tiempo, a diferencia de mis zapatos que salieron en un instante. me encontraba ya con el pene erecto, y ella al notarlo le ...
    ... dio unos pequeños golpecitos.
    
    Tomo mi bóxer con ambas manos y me los quito.
    
    Pero en lugar de escuchar su voz ordenando quitarme la venda, solo pude escuchar el sonido de la puerta abriéndose para cerrarse de súbito. Se me heló la sangre y la erección se me fue, me quité la venda lo más rápido que pude, me encontré con la habitación a oscuras y sin rastro de mi ropa, encendí la luz, busqué por todos lados, pero no la hallé, me latía el corazón como loco, me sentía tan confundido y temeroso. Prendí la luz y corrí a la puerta, la abrí de golpe, y para mi sorpresa, me encontré con una hermosa mujer parada con los brazos cruzados por la espalda, con sus firmes pechos de aureolas rosadas al aire, su pubis adornada con un ligero vello recortado, y unas piernas bastante carnosas que cruzaba cubriendo su intimidad, su cabello rojizo caía sobre sus hombros, y su rostro mostraba picardía y erotismo.
    
    Me tomó de la cara y nos besamos, mi erección regresó de súbito, al sentir como su cuerpo desnudo entraba en contacto con el mío, por primera vez pude sentir la suavidad de sus pechos, y de su piel. Con mi mano derecha la tomé por la cintura y la abracé firmemente para sentirla con todo mi cuerpo. Y con la mano izquierda pasé directamente a sus glúteos, que quizás era la parte menos proporcionada en comparación al resto de su cuerpo. Los manosee sin medirme. Pronto noté que me empujaba hacia atrás, pensé que, en dirección al sofá, por lo que retrocedí con calma, poco a poco, hasta ...
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