1. ¿Te acuerdas de aquella noche?


    Fecha: 04/05/2018, Categorías: Gays Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... vi que tenía la polla muy empinada... me quité la falda, las bragas y me tumbé junto a él, después se subió en mi cuerpo y me metió su polla con delicadeza, con mucha, me penetraba poco a poco, eso hizo que tuviese mi primer orgasmo, grité, apreté con mis manos su culo contra mi pubis, entonces comenzó a follarme acompasadamente, con ritmo, ja, se notaba que llevaba la música en las venas, empecé a notar como su pene se volvía de acero en el interior de mi vagina, le dije que más rápido, más fuerte, él obedeció, tuve mi segundo orgasmo, y él, el suyo, se corrió dando un alarido... creo que después se quedó dormido sobre mí, yo, desde luego, me debí dormir tras los espasmos y después... desperté, esta mañana", recordé.
    
    Sonó el timbre de la puerta. ¿Quién podría ser? Dado que sólo llevaba encima el ancho jersey rojo, opté por estirarlo hacia abajo lo más posible para tapar mi chocho. Me levanté del sofá y abrí la puerta. ¡Cuál fue mi sorpresa al encontrarme al guitarrista! Lo invité a pasar; esta vez portaba su guitarra, no como anoche que la dejó en el pub. Nos volvimos a sentar en el sofá. Yo observaba su larga barba descuidada, sus labios carnosos resaltados por la pelambre negra de su bigote, su cabello de rastas... Me lo comía con los ojos. Comenzó a decirme que había sentido algo especial conmigo la noche pasada, que yo era distinta a otras mujeres con las que se había acostado. Me preguntó mi nombre, ya que ni nos los dijimos cuando nos conocimos en el pub, y ...
    ... luego ni nos acordamos, con el trajín del amor urgente. "Pamela", le dije; "Rodrigo", me dijo. También me dijo que, en el trayecto de ir a recoger su guitarra y volver, había compuesto una canción para mí, que yo le inspiraba grandes ideas. Bueno, le creí, a medias, ¿qué no diría este hombre por poder volver a follarme? En fin, le dije que me la cantara. Abrazó su guitarra, dio unos acordes, entonó la voz y comenzó una balada:
    
    "Llega el atardecer
    
    Sé que te veré
    
    Sé que te veré
    
    Al atardecer
    
    A un parque iremos a hablar
    
    Y quizá
    
    A algo más
    
    Te quiero besar"
    
    Yo me derretía oyendo esos versos cantados con tan dulce voz. Él continuó su tema hasta que nos miramos y, magnetizados, nuestros labios se juntaron. Él dejó la guitarra en el suelo y sostuvo mi cabeza con ambas manos mientras con los pulgares acariciaba mis pómulos, y apretó más sus labios en los míos para poder penetrar con su lengua hacia mis encías y mi paladar. Qué gusto que te besen de esta manera; mis pezones se endurecían más y más; mi chocho se mojaba, y hacia éste acercó sus dedos Rodrigo, acariciándolo. No me pude resistir. Empujé su torso hacia el respaldo y comencé a desabrocharle el cinturón y los pantalones. Metí mi mano en su entrepierna y extraje su polla empalmada. Doblé mi cintura y comencé a chupársela con mi lengua, entreteniéndome en la corona de su capullo unos minutos antes de engullirlo.
    
    Poco a poco, empecé a dar vaivenes más enérgicos sobre su polla, oyendo la respiración de ...