1. ¿Te acuerdas de aquella noche?


    Fecha: 04/05/2018, Categorías: Gays Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... Rodrigo acelerarse y sus quejidos de placer. Sentí su mano izquierda sobre mi espalda y como iba retirando mi jersey, como la tela iba resbalando sobre mi lomo hasta quedar completamente desnudo; sentí las palmas de sus manos en mis colgantes pechos, sus dedos jugueteando con mis aureolas, apretándolas y acariciándolas; sentí como luego las apartó y alargando el brazo bajo mi torso y mi vientre alcanzó mi chocho con sus dedos; sentí como introdujo dos de ellos y me masturbaba. Mi corazón parecía salirse de mi pecho, mi asfixia me producía un placer inigualable: mamaba su polla y gemía a la vez. La cosa terminó bien: tuve el orgasmo cuando él ya eyaculaba en mi boca, su pegajoso chorro de esperma llegó al cielo de mi boca y me lo tragué; después relamí su glande hinchado y amoratado hasta dejarlo limpio. Alcé la cabeza y miré su cara: jamás me sentí así de enamorada.
    
    Rodrigo y yo pasamos la tarde del domingo abrazados en el sofá, viendo películas, bajo una manta, desnudos, dedicándonos caricias. Al dar las siete, le expliqué a Rodrigo que debía ir al punto de encuentro a recoger a mi hijo; le dije también que si quería, podía quedarse a esperarme, pero no quiso, así que se vistió, me dio un largo y dulce beso en los labios y me pidió el teléfono. Se lo di gustosa porque eso significaba que ¡pronto lo podría volver a ver!
    
    Rodrigo me llamó la tarde del viernes siguiente: yo ya había soltado a mi hijo; me propuso ir a verlo actuar con su grupo en el pub donde nos ...
    ... conocimos; me dijo también que tenía una sorpresa preparada para mí: eso me produjo una gran alegría. Así que me vestí para la ocasión tan escotada como solía, con una blusa con los dos botones de arriba sueltos, y una falda larga; para calzarme escogí unas sandalias de tiras con ataduras en la pantorrilla. Iba a estar divina.
    
    Llegué al pub, entré y me senté en un taburete junto a la barra, muy cerca del escenario. Rodrigo estaba afinando la guitarra; cuando terminó, miró a la concurrencia y me vio. Me envió un beso con una mano que devolví. Qué alegre me encontraba. El amor que sentía por Rodrigo era irrefrenable. Oí su voz por el micrófono. Saludó al público allí reunido; después dijo: "Hoy, quiero dedicar una canción a una chica muy especial, se llama Pamela y está ahí." A la vez que me señaló, un foco me iluminó. Debí ponerme coloradísima de vergüenza. Entonces sonó un arpegio y luego, con un acompañamiento, bajo y batería, de reggae ligero, su voz:
    
    "Te acuerdas de aquella noche
    
    En la que te conocí
    
    Te acuerdas de aquella noche
    
    Estoy seguro que sí"
    
    Se me puso la carne de gallina.
    
    Han pasado meses, y ahora, Rodrigo y yo vivimos juntos. Justo hace pocos minutos hemos estado follando. Me he puesto a horcajadas sobre él y lo he poseído. El aullaba a cada embiste mío sobre su polla, literalmente, aullaba; de vez en cuando levantaba la cabeza de la almohada y mordía mis tetas que se bamboleaban como campanas, esos eran los únicos lances en que guardaba silencio, ...