1. La amorosa hija (Parte 6)


    Fecha: 13/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    “¿Aló?” escuchó Anne decir a su padre, sin dejar que el teléfono sonara por tercera vez.
    
    Amodorrada, Anne tomó su reloj de pulsera y vio la hora. Eran pasadas las 6 se la mañana. Se estiró y se giró hacia él.
    
    “Si hija”, le oyó a su padre decir, tras varios minutos.
    
    “No, está súpita… creo”, siguió don Tomás contestando.
    
    “Mmmm… ajá… no… no”, solo escuchó a su padre decir varias veces. Finalmente lo escuchó decir “bye” y colgó.
    
    “Tu hermana quiere que bajemos a desayunar con ellos”, dijo don Tomás.
    
    “¡Ya ni la amuelan, papi!”, contestó Anne. “Yo creo que ni abierto está el restaurante”.
    
    “Creo que notó que me molestó con su imprudencia”, dijo Tomás. “Su pretexto era que estaban acostumbrados a levantarse a esa hora para ir a misa de 7, y que se habían puesto a buscar una iglesia pero que es hasta las doce y quien sabe que tanto más, y con el pretexto de que es boda mormona y más cosas, etcétera, etcétera, etcétera”, relató Tomás.
    
    “No la culpo. Sabe que me despierto temprano y no tiene porqué saber lo de anoche, ¿verdad amorcito?”, agregó Tomás, volteándose para besar a su novia.
    
    “¿Tienes hambre, hija?”, preguntó.
    
    Anne se estiró de nuevo bostezando. Sintió coraje por lo que le dijo su padre de su hermana Estela.
    
    “Mmmmh…”, gimió sensualmente. “Tengo hambre de esta”, contestó Anne, metiendo su mano bajo la sábana y descubriendo el semi-erecto pene de papi. “¡Hey!”, exclamó ella, “si funciona la pastilla del fin de semana”, continuó al sentir que la ...
    ... gorda macana de su padre comenzaba de nuevo a llenarse, preparándose para servirla.
    
    “¿Sabes que ni me limpié tus mecos de las nalgas, novio? Tampoco fui al baño. Estoy llena de tu leche todavía, ahora que me acuerdo. ¡Hasta siento las burbujas!”, le dijo Anne sonriendo a su padre al tiempo que acercó su boca a darle otro beso. “Ha de ser una barbaridad lo que traigo dentro”.
    
    “Ya vi”, contestó don Tomás. “Ahorita que estabas de lado se te estaba saliendo un líquido entre blanco y gris, ¿que sería? También ayer que te estabas bajando de la ventana se te salió un chorrito parecido”, agregó, riéndose. Anne lo miró y le sonrió.
    
    “Eres un toro papi”, contestó, con erótica expresión.
    
    Tomás comenzó a acariciar suavemente su pelo, mientras Anne masturbaba delicadamente su ya semi-erecto pene, recostada de nuevo en su pecho.
    
    Conforme se fueron despabilando, Anne subió de intensidad sus besos. Tomás respondió en consecuencia. Anne se trepó completamente en la enorme humanidad de Tomás, como si fuera un colchón. Se devoraron.
    
    Don Tomás estiró su mano y tomó un condón del buró, junto al teléfono. “Hoy si pudiera ponerse peligroso esto”, dijo, al tiempo que su bella hija bajaba besando su pecho y jugando con su lengua y dientes entre el tupido pelo abdominal de Tomás, tirando de él suavemente, pero arrancándole leves suspiros.
    
    Con sus suaves tetas, acorraló el pene de su padre, masturbándolo, haciendo un suave movimiento circular en el glande con sus erectos pezones.
    
    Se ...
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