1. La amorosa hija (Parte 6)


    Fecha: 13/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    ... deslizó rápidamente instantes después, y lo tomó en su boca, lamiéndolo y disfrutando el leve sabor salado dejado por ella misma, mezclado con restos de semen seco. Anne levantó sus bellas nalgas cuando Tomás se incorporó para quedar recargado en la cabecera, pero con su cabeza metida entre sus muslos, chupando ávidamente el pedazón de carne que tanto placer le daba.
    
    “Ay, ay… siento como se me mueve tu leche adentro papi”, dijo sensualmente Anne a Tomás el instante que sacó el pene de su boca. ¡Uh, uh… ahhh… estoy llenísima! ¡Siento que me voy a hacer popó! ¡Si me la metieras por atrás me vas a reventar como globo… o por enfrente, por donde sea!”
    
    “Me imagino”, dijo Tomás,” Debo de haberte depositado unos dos litros, novia. Yo también me estoy orinando”, confesó.
    
    “¿Qué tal si nos bañamos antes de coger?”, sugirió Anne a su padre.
    
    “¡Buena idea!” dijo Tomás con entusiasmo.
    
    Anne se levantó y corrió al baño. Papi alcanzó a ver otra pequeña fuga de su ano caer sobre la cama cuando saltó de la cama, excitándose más con el detalle. “¡Se te salió otro poquito!”, alcanzó a decirle papi a Anne.
    
    “¡Te gané, novio!”, dijo en pícaro tono, cerrando tras de sí la puerta.
    
    Tomás alcanzó a escuchar claramente la ruidosa evacuación intestinal de su hija, que al principio trató de acallarla, pero le fue imposible contenerse. “¡Ay, oh, oh, aaay!”, escuchaba a Anne, mientras el torrente de semen y flatulencia guardado algunas horas salía de su cuerpo.
    
    Tomás abrió la puerta ...
    ... y vio a su bella hija sentada en el excusado con cara de ardor y alivio.
    
    “¡Eres un animal! ¡Ve nomás lo que me has hecho!”, dijo Anne, respirando agitadamente por la boca. “¡Me causaste diarrea seminal, novio! ¡Eres un barbaján!”
    
    Anne seguía sentada en el excusado. Tomás abrió la regadera y dejo correr el agua, llenando el baño de denso vapor en escasos instantes.
    
    “¡Quítate o te mearé tu hermosa cara novia!”, dijo don Tomás!”, bromeando, poniéndole el pene en la boca.
    
    “Tengo una idea mejor”, replico Anne, ya liberada de su molestia, pero Tomás la hizo callar, metiéndole el pene en la boca, casi sin poder aguantar ya las ganas de orinar.
    
    “Mmmmgh, mgh, mgh, Mmmmgh…”
    
    “¿No querrás que me orine en tu cara, hija?”, preguntó Tomas, sacándolo finalmente.
    
    Anne tomó aire. “¡Me estabas asfixiando con tu salchichota novio!”
    
    “¿Quieres orinarte en mi novio? ¿Eh? ¿Quieres marcarme como perro?”, preguntó Anne, levantándose de la tasa, sin siquiera limpiarse el culo, abriendo la puerta de la regadera. Dio por hecho que a papi le encantó la idea.
    
    “Veo como que te tienes ganas de hacerlo, cochino”, dijo riéndose.
    
    Tomás sonrió; “¡guau, guau!”, dijo, soltando una sonora carcajada
    
    Anne entró en la regadera y ajustó la temperatura. Tomás aguardó unos segundos. El agua estaba demasiado caliente y el chorro fuerte. Dejó correr el agua entre sus nalgas, limpiándola de todo rastro del semen de su novio.
    
    Cuando los dos estuvieron dentro, Anne se arrodilló frente a su ...