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(2) Recuerdos
Fecha: 16/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
... puerta – Rogó. - No, estamos construyendo tu fotografía. - No comprendo – Casi gimió, soltando aire despacio. - Cuando haga esa fotografía, después escribiré su historia, como fuimos edificándola. Guardó silencio, sus ojos se cerraron. - ¿Cómo me entrego a ti? - Tan solo sumisión temporal, minutos, segundos. - Dime que debo hacer y lo haré. He visto que te has levantado, sé que mi cuerpo ha sido reconocido y aceptado por el tuyo. - Hoy nada, es tan solo una prueba de aproximación, la fotografía te la haré en mi casa, mi instinto me dice que esa fotografía precisa de oscuridad. - ¿Tengo hacer algo a cambio? - No, nada. Ella se agachó y besando el prepucio me dijo. - Amo, te obedeceré ciegamente - Tono de guasa. - ¿Por qué? - Amo, estoy mojada, empapada.- Tono de mojigata. - ¿Deseas algo? – Pregunté cauteloso. - Sí, pero no aquí, nadie me ha follado y lo que me has hecho sentir no se parece en nada a los moscones que intentaron todo y algunos casi a la fuerza. - Esa fotografía no te obliga a nada, lo que necesitaba ya lo tengo, y es muy simple, que no hay rechazo. - No, has sabido entrar en mi mente, y me ha gustado el planteamiento, ignoraba que las fotografías fueran dotadas por su autor de alma y tú lo haces. Y al entrar en mi mente nada te impedirá penetrar en mi cuerpo, y quiero saber la dimensión de cuando penetres mi cuerpo. Y sentí como su mano derecha echaba hacia atrás el prepucio y como sus labios se cerraban ...
... en el glande, y despacio lo fue introduciendo en el interior de su boca. Su lengua presionó y sentí como se apoyaba en su paladar y lentamente retrocedió, pero no lo sacó del todo. Sentí esa lejana sensación de que habíamos acortado distancias… muy deprisa. - No sigas. Ella le sacó del todo y me miró. La cogí del brazo poniéndola en pie y la llevé a la ventana, la senté de espaldas a la calle y separé sus piernas, de nuevo soltó aire. - ¿Qué me vas hacer? – Titubeó. - Probar tu sabor. No era el motivo, mi mente se enfriaba deprisa debido a la puerta abierta, sin embargo la verdad de la verdad es que tenía mucho interés en sentir su himen, esa membrana adherida al anillo de la entrada vaginal. Y la punta de la lengua, despacio recorrió el himen, y probé empujar, ella se movió lentamente y me dijo en formato de sentencia. - ¡Oye tío!, así no, prefiero algo endurecido que llegue adentro del todo. Y te recuerdo, que si estamos debidamente excitadas, llega un momento que necesitamos tener algo dentro, sientes que esa excitación está a falta de la contrapartida y ambas cosas forman un conjunto de sensaciones, y es cuando… La corté. - ¿Cómo sabes eso, sin nunca te han penetrado? - No seas lelo, pensaba que te darías cuenta, pero tu lengua no tiene experiencia. Por ese pequeño agujero que tiene el himen, cabe un dedo y consentí ese dedo para separar sus bordes un poquito, de esa forma de facilitas la entrada por tanto dolerá menos. No dije nada, ...