1. La profeta


    Fecha: 20/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: nereo23, Fuente: RelatosEróticos

    ... hacia arriba y arremetí con fuerza contra el coño de Gabi, la mujer comenzó a gritar como loca, se escuchaba el choque de mis huevos contra la pucha de Gabi y entonces ella grito como poseída, al parecer se había venido; ella se repuso y se rio, se bajo de mi y se puso en cuatro, me dijo: “¡Niño, coges bien rico, ahora dame así, dame como a una perra.” Meneo sus nalgotas animándome a que la cogiera, yo ni tardo ni perezoso me puse detrás de ella y sin dudarlo le metí mi chile de un solo golpe y hasta el fondo, la mujer grito de placer y yo la tome por la cintura y comencé a bombear, le dije: “¡Mhhhhh, señora, tiene unas nalgotas increíbles, usted es una yegua, una yegua en celo” Ella sonrió y me volteo a ver, me dijo: “¡Y tu eres un potro en brama! ¡Tómame, hazme tuya, jodeme como si quisieras preñarme!” Yo enloquecí y comencé a penetrarla como si estuviera poseído, se oían nuestros cuerpos chocar, yo sudaba y sudaba y la buenota de Gabi no dejaba de gemir y de gritar; por fin la tome de su larga y negra cabellera y la comencé a joder como si ella fuera mi yegua, como si la estuviera montando, le di varias nalgadas duras, le dije” ¡Toma puta, toma, goza de mi pinche verga, disfrutala puta de mi verga!” Ella solo gritaba y gozaba, me dijo: “¡si dame, soy tu ramera, soy la madre de las mil rameras, hazme tuya!” Aquello era un pasaje de la biblia según recordaba y le di varias nalgadas, le dije: “¡Puta blasfema! ¡Toma, toma!” Ella grito y se rio: “¡Jajajaja, es verdad, soy bien ...
    ... putota!, la única forma que se me va a quitar es que me cojas a diario, ¿quieres?” Yo asentí con la cabeza y la seguí jodiendo con fuerza, después de unos minutos me detuvo y me dijo: “Espera niño, quiero que me cojas por el culo, mi marido acostumbra solo cogerme por ahí y el muy cabron siempre termina adentro de mi ano, y en los días siguientes ando cagando su pinche semen, quiero que ahora tu me des verga por el ano y que termines adentro de mi, necesito que tu dulce y lindo semen limpie y purifique mi agujero de la asquerosa suciedad de mi marido, ¿lo harías por mi?”
    
    Yo por supuesto que acepte, era cierto que jamás lo había hecho por ahí y por tanto mi experiencia era nula, es más, ni siquiera el sexo anal formaba parte de mis fantasías pues me parecía algo muy rudo y sucio pero por otra parte, ¿Quién era yo para negarle a Gabi ese placer? Me quite el condón y apunte mi pene a su ano y con cuidado se lo fui metiendo; debo de decir que me costó algo de trabajo pero más por mi inexperiencia pues Gabi bien que me ayudo a hacerlo abriendo sus tremendas nalgas y relajándose. Una vez adentro apenas si me pude mover pues estaba muy apretado, casi sentí que me estaba exprimiendo el pito con su ano, yo estaba sintiendo mucho placer aunque igual sentía una cierta incomodidad; Gabi estaba gimiendo mucho, pensé que le dolía bastante y tentado estuve de sacar mi pene pues no deseaba lastimarla, ella creo que se dio cuenta de mis intenciones pues dijo: “¡No, nene, no lo saques! Si ...
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