1. Mi profesora Mercedes llegó borracha


    Fecha: 21/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... semiinconsciente respondió, metiendo su lengua en mi boca. Su aliento sabía al alcohol que había estado ingiriendo. Comencé a magrearle el culo a conciencia. Entonces Mercedes dijo que eso no estaba bien, que se encontraba demasiado borracha para tener relaciones. Obviamente no le hice ni pajolero caso.
    
    Desabroché los botones de su camisa y la bajé de sus hombros, acaricié sus senos y me puse a lamerlos. Mercedes echaba la cabeza hacia detrás y hacia delante lentamente, con lo que cada vez se marearía más, así que la apoyé contra la pared del baño y seguí trabajando sus pechos. Mis manos bajaron de nuevo sus bragas y pronto su vagina quedó desnuda ante mí. Su bello púbico tenía un encantador color castaño claro, pero quizás noté que no tenía demasiada costumbre de depilarse las ingles. Esto lo sé ahora después de haber tenido otras experiencias, pero en ese momento no había nada que importase, porque me estaba dando el lote con la vagina de mi profesora de inglés. Gracias a la trompa que Mercedes se agarró ese día pude descubrir cómo olía un coño.
    
    Después de comerme el sexo de Mercedes le dije que tenía que hacer por mí otro tanto. Me saqué la polla y la acomodé en la jadeante boca de Mercedes. Yo estaba embalado y en más de una ocasión mi glande le llegó hasta la campanilla. Mercedes eructó, puso los ojos en blanco y acto seguido, colocándose de cuchillas en la taza del inodoro comenzó a vomitar entre unas arcadas ...
    ... terribles. La ayudé colocando mi mano en su frente.
    
    Por suerte la tapa del inodoro estaba abierta. Mercedes estaba tan pedo que estaba echando la pota, la tenía a mi merced para rematar la faena. En esa posición su culo estaba apegado a mi pelvis y podía sentir como mi polla pedía a gritos la penetración de Mercedes. Mi excitación era imparable y sin pensarlo más baje la cremallera de mis pantalones y me saqué la polla. Me aparté un poco y separando las cachas encantadoramente celulíticas de mi alcoholizada profesora de inglés, le metí la lengua por el ano. Acto seguido encaucé mi verga en su vagina. Apenas sentí que el glande estaba entre los labios empujé violentamente hacia adentro.
    
    Mercedes volvió a gemir, pero luego siguió vomitando. Tomándola de la cintura comencé a fornicarla impetuosamente. No sé si se estaba dando cuenta o estaba tan borracha que le era imposible percatarse que se la estaba metiendo. Cuando me vino el orgasmo froté mi polla por entre la raja de su culo y la dejé toda pringada. Sólo se quedo allí, sin quejarse ni gritar, haciendo arcadas de cuando en cuando.
    
    Cuando terminó la dejé tirada en la cama semidesnuda y me fui. Al día siguiente me llamó; con voz resacosa me dijo que lo del día antes había sido un accidente, que tenía novio y que estaba muy mal aprovecharse de una mujer cuando está pasada de copas. Se excusó de mis padres para no volverme a dar clases de inglés y ya no la ví más. 
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