1. El Baldío y El Mirador. 6ª parte.


    Fecha: 23/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... cambiaba el pantalón por un short, ya que sí venía mi Jenny y las demás, rápido me lo subía y “barbi” se bajaba su falda, también eso lo hice, ya que le temblaban sus piernas, por lo que había hecho minutos antes, ya una vez que vi que eso había pasado, me acerque a la cama, la hice hincar sobre la misma y le di a mamar mi pene, el que golosamente ella lamía dándome un enorme placer por unos breves minutos. La recosté nuevamente y le retiré su panty infantil, mientras ella se subía su faldita, lo que a mi vista quedó su incipiente peluserita rubia, como sus cabellos, le hice abrir sus piernas y me acomodé sobre de ella, mi pene al contacto se me erectó más aún de lo que estaba; entre las pasadas que le hacía, ella sólo cerraba sus ojos y su respiración se agitaba, ¡la que sentía hasta su aliento pegar en mi nariz!, una vez, que por fin ubiqué mi glande correctamente en el centro de su vulvita, comencé la presión de una manera suave y lenta, para que después de algunos minutos, “barbi” ya gozaba de mi glande, se quejaba de un ligero ardor, pero ella imponía sus movimientos de rotación pélvica, lentos pero exquisitos, mientras que de su interior brotaba esa savia, que bañaba mi punta atorada en esa rica vaginita, mientras ella rotaba yo empujaba a manera de que no sintiera que iba ya más adentro, a esas alturas de la calentura, yo ya salía y entraba con lo poco metido en ella, para que sus jugos y mi pre semen hicieran más lubricación, en una de esas metidas que le daba, ...
    ... ella alzó su cadera a encontrarme en el viaje del vaivén que le imponía, ¡sólo un leve grito dio!, los dos nos habíamos llevado su virginidad, por lo que me quedé quieto sobre ella, pero sin sacar nada de lo que tenía dentro, ¡debo decir que nunca hubo lágrimas, quejas de dolor!, sólo unas pequeñas muecas que anunciaban que le estaba doliendo, pero fueron pasando rápido, cuando sentí que dejó de contraerse su vaginita, en ese instante la subí encima de mí, con cuidado, la acomodé, yo quede debajo de ella, esperé otros minutos a que se fuera acostumbrando a lo poco hundido en ella. Mis manos se afianzaron de su cintura y comencé a meter y sacar en esa posición de ¡amazona galopante, y yo su potro sin doma!, no había quejas de nada, ni dolor, pero no iba más adentro de cómo minutos antes que automáticamente ella se desfloró, entraba y salía suavemente, desde mi posición veía que de mi tronco bajaba en gotas el rojo de lo que fue su virguito, en un momento “barbi” me tomo de las manos que a su cinturita estaban y ella solita, comenzó a rotar sus caderas, lo que yo me quedé quieto unos instantes, sus movimientos cada vez más rápidos, que sin parar me estaba llevando a sentir la sensación de eyacular, pero me controlé, ¡mientras ella se daba!, yo presionaba a meter un poco más de mi hombría, lo que llevó a penetrar a esta nena, ¡un poco más de la mitad de mí pene!, entre gemidos pequeños e imperceptibles y gritos, mi “barbi”, ahhh, ahhhh, ayyy, ahhhh, ¡qué bien se siente!, ahhhhh, ...
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