El crucero (05): Látigos y cuerdas
Fecha: 16/09/2021,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: kimbocat, Fuente: CuentoRelatos
... esclavas temblando y un silencio total entre el público, 3,2… por los altavoces solo se oye el jadear tembloroso de las sumisas 1, Ya!!!, los látigos vuelan de manera increíblemente rápida al compás de los chillidos de las esclavas, las pinzas van saltando, y en apenas unos instantes, Rosa termina su castigo, aunque su cara seria denota su enfado, un momento después nuria hace caer la última pinza, la del sexo de su esclava, Los focos se entretienen en las esclavas, llorando, temblando, entre sollozos, margot luce medio desenganchada una pinza en una de sus axilas. Tú no puedes evitarlo te levantas y gritas orgullosa que aquella es tu dueña!!! tu ama!!! Juan te coge por los hombros y de un golpe te hace sentarte, clavándote nuevamente su verga dentro de ti, te revuelves enfadada mientras él te retuerce uno de tus pechos para que te estés quieta, y tú entre gruñidos y gimoteos le obedeces. Mientras, en el escenario, las correas de las esclavas se tensan y vuelven a izarlas, hasta desaparecer en el falso techo por donde salieron hace ya un buen rato.
Nuria y Rosa vuelven a la mesa, entre las felicitaciones y los aplausos de toda la gente del comedor. Una vez sentadas, cornuda se acerca sumisa y dócil a Rosa y empieza a lengüetear las piernas y el sexo de la mujer de su amo, que con una media sonrisa, agradece los elogios de Nuria, cuando le dice que solo la mala suerte hizo que aquella última pinza no terminase de caer. Uno de los animadores se acerca a ellas y les dice que ...
... tranquilas, antes de que termine el crucero tendrán nuevas oportunidades para poner a prueba su puntería. Uno de los camareros trae un cubo con los restos de la comida, para que tú, cornuda y rabo podáis comer un poco. Pero lo habéis de hacer rápido, muy pronto se os van a llevar, para un nuevo espectáculo que se está preparando.
Mientras comes, notas los pies de Nuria acariciando tu culo, te gusta el tacto suave de sus dedos, el dedo gordo jugando en tu agujero empapado del placer de Juan, te contorneas, gimes un poco, mientras la miras relamiéndote tu cara sucia y marrana. Y tal como os habían dicho, media hora después, unos marineros os vienen a buscar, con una fusta os van apremiando para que salgáis rápido de debajo de la mesa, corréis junto a un grupo de una treintena de esclavas, y dóciles y sumisas seguís hacia una zona interior entre correazos y bromas por parte de la tripulación. En la mesa, Nuria, Rosa y Juan continúan una sobremesa que se alarga hasta pasadas las 4 de la tarde.
Luego paseando por el barco, en uno de los bares, Raül, Jacques y yo también estamos solos, nuestras perritas también participan en el espectáculo de esta noche, os unís al grupo, y charlando de todo un poco va pasando el rato. En aquel mismo momento en la sala más grande del barco, están terminando de quitar las butacas y las mesas. En el centro uno de los maestros más conocidos del “Shibari” esta ordenando aquí y allá lo que quiere y como lo quiere, centenares de metros de cuerdas, ...