1. Se convirtió en la amante de planta de su jefe


    Fecha: 18/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dmmexico, Fuente: CuentoRelatos

    ... Su voz sonaba entrecortada entre suspiros y jadeos, el reculó un poco para darle libertad de maniobrar para abrirle el pantalón al tiempo que decía “No te preocupes, para esto siempre hay tiempo” y retirando la mano del interior del sujetador de su asistente, empezó a desabotonar la blusa de seda buscando liberar los turgentes pechos que anhelaba lamer y chupar.
    
    Sandra prosiguió la labor y retiro el botón del pantalón, bajo la cremallera, y metió la mano, su jefe utilizaba boxers, introdujo la mano por la parte superior de la ropa interior y sus largos dedos de unas larga y pintadas de rojo fuego sintieron la carne dura del hombre que la deseaba, ¡vaya que estaba duro! Emitió un largo suspiro, y apretó su pene, era ancho, y también, como lo había supuesto, largo y del tamaño exacto, ni muy pequeño para no sentirlo, ni muy grande como para temerle, era exactamente lo que ella y su calentura necesitaban.
    
    Aun de pie, las manos de Rodríguez, que ya habían liberado los botones de la blusa, se dirigieron a la parte baja del cuerpo de Sandra, sus enormes manos coparon sus nalgas, apretándolas, acariciándolas, haciéndola temblar, ella soltó el agarre inicial que tenía sobre el pene de su amante, y extrajo la mano, usando a otra ayudo a bajar el pantalón que cayó hasta las rodillas, y tomando el bóxer por ambos lados de la cintura, tiro hacia abajo, al tiempo que bajaba la cabeza para ver por primera vez el instrumento que el seguramente metería en ella, era moreno obscuro, ...
    ... circuncidado, con una enorme cabeza en forma de hongo, con el pelo púbico ralo, parecía que se daba tiempo de cortarlo, ¡hasta en eso era detallista! Pensó mientras la bestia se liberaba ante sus ojos, era hermoso, y sintió un irrefrenable deseo de tenerlo en su boca de grandes labios ¡cómo le gustaba chupar penes! Era algo que estaba más allá de sus fuerzas, desde muy joven siempre se calentaba con la idea que los hombres que le gustaban estuvieran en su boca, era una fijación, misma que había saciado cada vez que le era posible, disfrutando enormemente de chupársela a quienes habían tenido la suerte de estar con ella íntimamente.
    
    El hombre sonrió una vez más, ella estaba exactamente donde él quería, y sus movimientos y acciones le decían que su asistente estaba caliente y deseando que la penetrara, Sandra tenía la blusa abierta y desfajada parcialmente de su falda ejecutiva, sus pechos ya estaban expuestos tras de que su jefe los sacara por encima de su sujetador, ofreciendo una excitante vista con esos pezones de aureola grande, y coronando cada seno erectos como punta de diamante, de color café obscuro, y listos para ser pellizcados, lamidos y chupados.
    
    Sandra dejo de preocuparse por su apariencia, y se inclinó hacia adelante, quería sentir su erección en la boca, ¡como deseaba mamarla! Mientras ella completaba la maniobra para alcanzar el pene deseado, él tenía una vista excelente de la mujer empinada, con las piernas ligeramente separadas y su espalda y nalgas ...
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