Hazme gozar, tenerte en mi cama, sentirte dentro de mí
Fecha: 20/09/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... ese calor a todas las zonas de mi cuerpo haciéndome temblar y paralizando todo el cuerpo salvo mi garganta que exhalaba en forma de gritos todo el placer que Roberto me acababa de dar, asustando a unos pobres chicos que pasaban por allí en esos momentos y que se empezaban a reír mirando hacia atrás viendo como un hombre y una mujer hacían el amor en medio de un bosque nevado.
Mis manos hacia atrás cogían sus glúteos apretándolos contra mí, no permitiendo que sacara su pene cuando Roberto empezó a eyacular dentro de mi vagina, el movimiento de los dos se fue ralentizando, pero él seguía todavía con su pene dentro de mi vagina entrando y saliendo, envolviendo su pene con los restos de mi flujo que se adherían a su tronco, hasta que noté como se separaba de mí y me subía con suavidad las bragas y mis pantalones, después de vestirse fue el momento de ver que mi tobillo todavía me dolía y como un caballero me cogió en brazos ayudándome a sentarme en su coche que lo tenía justo al lado.
Quince minutos más tarde después de ver que mi tobillo casi no me dolía, en la habitación de mi hotel con la chimenea encendida y una pequeña lámpara en el otro extremo Roberto y yo nos empezábamos a besar nuevamente mientras que nos íbamos quitando la ropa lentamente, sus labios iban cubriendo la parte de mi piel que poco a poco quedaba desnuda, las yemas de sus dedos subían acariciando mis brazos hasta terminar en mis hombros y quitándome el sostén lentamente mientras me los besaba, los dos ...
... desnudos de cintura para arriba uniendo nuestra piel, piel contra piel con mis pechos aplastados contra él y sintiendo las caricias de sus dedos sobre mis pezones, no parábamos de mirarnos, los dos diciéndolo todo simplemente con nuestro silencio acariciándonos, sintiendo cada sensación, sintiendo sus manos sobre mi espalda y las mías sobre la suya, sin besarnos, simplemente mirándonos con nuestros labios casi unidos.
Hipnotizados por la pasión, por aquella escena de película con chimenea encendida y media luz, los dos acariciando nuestros cuerpos con delicadeza, los dos ya desnudos por completo con su pene en mi mano, masajeándolo de arriba abajo, sintiendo la humedad de su lengua en la mía mientras que nos besábamos, sus dedos recorriendo mi vulva, mojándose entre mis labios y electrificando mi cuerpo cuando se paraba en mi clítoris, los dos sumidos en un mar de sexo y pasión desde que nos encontramos en el bosque, cambiando el frío invernal bajo la arboleda a la comodona y caliente habitación del hotel, donde nuestra piel se erizaba por nuestras caricias, donde el sentimiento estaba a flor de piel como si fuéramos dos enamorados, dos recién casados en su luna de miel, aunque quizás sería más acertado decir que la lujuria de un hombre y una mujer que no se conocían de nada desbordaba aquella pequeña habitación con el deseo de entregarse el uno al otro sin importarles más que el sexo en esos momentos, sin importales sus respectivas parejas.
Roberto subiendo y sujetando ...