Experimento
Fecha: 26/09/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... observando quienes entraban, decidí que era hora de irme a casa.
Esta misma operación la realicé otros dos días para hacerme una idea clara de quién entraba a ese local ver si encajaría en mis planes.
Llegó el día en que quería materializar lo que había planeado. Era sábado y mi plan era ir a cenar a algún restaurante cerca del local, esta vez con Lucía, y ver qué sucedía durante la noche. Por si acaso, decidí hacer una reserva en un restaurante distinto al que había estado utilizando de observatorio. Así que llegada la noche, Lucía y yo nos disponíamos a cenar en un restaurante que estaba bastante bien. Pedimos una botella de vino que nos terminamos durante la cena y nos dispusimos a terminar el postre. Lucía llevaba una camiseta con un cuello en pico, bastante pronunciado y que también dejaba ver gran parte de su espalda. Además llevaba puesta una falda con un poquito de vuelo que le llegaba un poquito por encima de las rodillas. En un momento, mientras compartíamos el postre me la quedé mirando a los ojos. Cuando se dio cuenta de que la observaba, se detuvo mirándome también a mis ojos. me incliné sobre la mesa y le di un beso muy suave. Al separarme de ella empecé a hablar sobre ella:
La cena terminó poco después y el momento de intentar mi plan había llegado. Estaba un poco nervioso, la verdad, pero después de tanto trabajo, tenía que intentarlo. Al salir del restaurante, le di otro beso a Lucía, muy suave, pero esta vez, metiendo mi lengua y jugando con la ...
... suya durante un tiempo un poco más largo. Al separarme de ella, me acerqué un poco a su oído y le susurré: me encantó lo cachonda que te pusiste con el coche. En ese momento le agarré del brazo y empecé a andar tranquilamente hacia el local agarrándole de la mano. Paseábamos tranquilos mientras hablábamos de la noche en cuestión:
Para ese momento, estábamos muy cerca del local, así que le insinué, moviendo un poco la cabeza que mirase hacia el sitio.
En ese momento volvió a mirar a la entrada del local y me pregunto. Eso es un local de intercambios?
Ella se quedó callada. En ese momento estaba casi seguro de que había cagado. Pasaron unos segundos que se me hicieron eternos y en los que Lucía cambió un par de veces su mirada, observando la entrada del local y a mi alternativamente.
En ese momento le di la mano girándome para que nos alejáramos del local, pero Lucía me detuvo
Y como ya estábamos cogidos de la mano, cuando Lucía empezó a andar hacia la entrada, yo fui detrás de ella.
Llegamos a la entrada donde estaban los dos puertas. Pagamos la entrada al sitio y entramos sin pararnos mucho a pensarlo, por si cambiábamos de opinión.
El sitio estaba bastante oscuro, por lo que tardamos un poco en habituarnos a la baja luminosidad del sitio
Ella me miró como preguntándome dónde nos estábamos metiendo.
Le di un pico y me adentré hacia el local buscando una barra donde pedir bebida y preguntar el funcionamiento del sitio. Me daba un poco de vergüenza, pero ...