Ella sólo quería bailar
Fecha: 28/09/2021,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... estaba haciendo saber a mi mujer lo que le esperaba y ella lo estaba disfrutando.
Pasados los minutos, más bien pocos, ellos terminaron besándose apasionadamente mientras bailaban y para nada reparaban en la presencia de las parejas que les rodeaban. Ellos parecían estar solos en aquel lugar. Kevin seguía masajeando con sus manos la parte baja de la espalda y las nalgas de mi mujer, por encima de la ropa, y de cuando en vez, sus manos visitaban su torso y se aproximaban a sus senos. Sin embargo, al estar juntos sus cuerpos, la caricia se limitaba a delinear la silueta de su cuerpo, arriba y abajo, terminando en un fuerte apretón de nalgas.
No pasó mucho tiempo cuando, finalizada una tanda de música, abandonaron la pista de baile y se dirigieron a la mesa. Yo creo que ya es hora, me dijo ella al llegar, ¿subimos a la habitación? Tú eres la que decide, dije yo. ¡Si! dijo ella. Voy a arreglarme y ya vengo. Paga y nos vamos. Kevin dijo, yo también voy un momento al baño. Así que procedí a pedir la cuenta y esperar. No más volver ellos a la mesa le dije a mi esposa, vayan subiendo, yo pago aquí y les llego allá en un rato. Bueno, dijo ella, no te demores.
El mesero tardaría unos cinco minutos en aparecer después que ellos se habían ido, pero a mi me parecieron eternos. Pagué la cuenta y salí de aquel lugar rumbo a la habitación. Al entrar les encontré de pie, a un costado de la cama, abrazados y besándose, aún vestidos. Cuando ella se percató que yo había entrado, ...
... comenzó a desvestirlo, empezando por retirar el buzo de lana que llevaba puesto, debajo del cual encontraría un torso trabajado y desnudo, que ella acariciaba mientras seguía prendida a sus labios en un beso que parecía no tener fin. Y él, tal como lo había hecho mientras bailaban, seguía acariciando su silueta, solo que esta vez sus manos se atrevieron a llegar hasta sus nalgas por dentro de su falda.
Ella no dudó y, ante esa incursión de su pretendiente, rápidamente se desabrochó la falda, cayendo esta al piso. Kevin se apresuró a despojarla también de su chaqueta, dejando el cuerpo de ella a la vista, solo cubierto por el body, sus medias y zapatos. Ella, en respuesta, soltó el cinturón y desabrochó la cremallera de su pantalón, exponiendo a la vista el miembro de aquel muchacho que, a primera vista, parecía algo delgado, pero firme, erecto y curvado hacia arriba, terminando en una punta abultada, con forma de hongo.
Mi mujer procedió a inclinarse para bajar sus pantalones y, en ese movimiento, llegar con su boca al glande de su pene que, sin demora alguna, empezó a chupar, mientras con sus manos acariciaba sus testículos, sus muslos y sus nalgas. Kevin solo atinaba a masajear los hombros de mi esposa que, en posición de cuclillas, frente a él, seguía dedicada a trabajar en aquel miembro.
Poco después ella se incorporó. Se subió a la cama, colocándose de rodillas, mientras él permanece de pie, ya totalmente desnudo, parado al lado. En esa posición, ella se inclina ...