Buscó lo que no debía y halló lo que no quería
Fecha: 01/10/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... rápida y certera. Doblado en el suelo lo tomé del pelo y lo hice golpear el piso con la cara.
- “La próxima vez que te vea, esto te va a parecer una caricia. Querida vamos, he perdido interés en la reunión”.
Menos de un minuto duró la sorpresiva acción antes de emprender el camino de salida.
Regresamos a casa sin comentar lo sucedido pues las palabras sobraban. Al llegar frente a su dormitorio yo seguí de largo cuando sus manos tomaron mi brazo. Al darme vuelta se arrodilló abrazando mis piernas y soltó un llanto desconsolado.
- “Javier, no tengo derecho a pedírtelo, pero por lo que más quieras, no permitas que esta noche la pesadilla me encuentre sola”.
Era el momento indicado por Julia. Me agaché para levantarla y alzarla en brazos, llevándola a la cama ancha de su habitación, donde la desvestí íntegra para ponerle el pijama y taparla. Luego fui a mi pieza a cambiarme para dormir y, al regresar a su lado, la encontré en posición fetal llorando. Probablemente pensó que nuevamente quedaba sola. Al entrar a la cama la abracé haciendo que apoyara la cabeza en el hueco de mi hombro dándole un beso en la frente. No hubo intimidad pero si comunicación. Nuestros corazones sincronizaron sus latidos batiendo el parche al unísono. En algún momento de la noche nos dimos vuelta y amanecimos ella boca abajo y yo cubriéndola con mi cuerpo. Ya desperezados, me apoyé sobre un codo mirándola.
- “Estás decidida a que sigamos juntos?
No abrió la boca, pero mirándome ...
... fijamente, asintió con la cabeza.
- “Querés formar una familia?
Tampoco habló, pero de sus ojos salían lágrimas que corrían hacia las sienes, mientras asentía nuevamente.
- “Una familia con hijos?
Ahora sí le salieron las palabras
- “Sí mi amor, quiero todo lo que me una más a vos”.
El beso larguísimo que siguió, no concentrado en su boca sino recorriendo toda la cara, me permitió saborear lágrimas distintas. Éstas, originadas en un hecho feliz, parecían dulces. Cuando nuestros maxilares quedaron rendidos del esfuerzo, se desnudó y adoptó una de las posturas preferida por ambos. Sobre las rodillas abiertas levantando las nalgas, hombros apoyados sobre la cama, la cara vuelta en mi dirección y ambas manos abriendo el ingreso a la vagina. Esa gestualidad combinaba entrega, abandono e invitación.
En dos centímetros de mi entrada comenzaron los espasmos de la eyaculación. El cuarto chizguetazo sucedió en el fondo. Era lo esperable después de tanto tiempo de abstinencia. Lo que no imaginé fue que el decaimiento de la erección fuera pequeño. Eso, y el agregado de caricias en clítoris y tetas, ocasionaron una estruendosa corrida dejándola totalmente tendida.
- “Ahora a buscar la descendencia”.
- “No tendría que llevar mucho tiempo. Si mis cálculos no fallan estoy en período fértil”.
- “Entonces redoblemos la tarea”.
- “Por favor, ocupa esa silla y déjame hacer a mí”.
Era la posición de mayor disfrute para ella. Pudiendo apoyar los pies y con sus manos ...