1. Me enamoré de una ninfómana y no lo sabía (II parte)


    Fecha: 02/10/2021, Categorías: Infidelidad Autor: MAHG0, Fuente: CuentoRelatos

    ... conversación normal para que don Fernando no sospechara nada aunque de vez en cuando yo si lograba escuchar sus gemidos al fondo...
    
    -... Hola mi amor, cómo estás?... ah que bien, yo aquí trabajando en la oficina como siempre sino que paré un momento para tomarme un café y llamarte... Bueno mi amor, te dejo, seguiré aquí juiciosa como siempre en mi trabajo porque tengo muchas cosas que hacer, te llamo luego... -Decía ella girando la cabeza y mirándolo a él guiñándole un ojo mientras la penetraba, como para hacerle creer que yo no sabía nada...
    
    Al rato el viejo logró venirse nuevamente entre suspiros y gemidos y de nuevo ella se volteó rápidamente y se sentó apretando sus piernas para evitar que el semen se saliera y manchara la cama, y nuevamente le limpió los restos de semen del pene con una mamada.
    
    Estando así, ella sentada al borde de la cama y él de pie frente a ella pudo ver que ahora si la erección le iba bajando poco a poco y podían descansar.
    
    Don Fernando se recostó sobre la cama, encendió la televisión, se colocó sus anteojos y se puso a revisar su teléfono mientras ella iba al baño a intentar dejar salir de su cuerpo lo que pudiera salir de las dos descargas que le habían acabado de inyectar...
    
    Volvió con él a la cama y se acostó a su lado abrazándolo y pegándose a él, apoyando la cabeza y las tetas sobre su peludo pecho y una pierna doblada sobre él de tal manera que con su rodilla rozaba su verga ya medio dormida y hablaron de sus vidas y de otras ...
    ... cosas sin mayor importancia mientras él también la abrazaba con su brazo izquierdo.
    
    Besito va y besito viene mientras conversaban y mas o menos una hora y media mas tarde con los cuerpos ya descansados y repuestos y después de haber tomado un café que pidieron a la recepción, los ánimos empezaron a calentarse de nuevo. Helena había estado acariciando con su pequeña mano el voluminoso y velludo abdomen de don Fernando, su pecho y de vez en vez bajaba la mano hasta acariciarle el pene y los testículos mientras él revisaba su teléfono celular. Le había llamado su atención los enormes y peludos huevos que tenía ese señor y ya luego no paraba de mirarlos y acariciarlos, jugaba con ellos, los cogía suavemente uno con cada mano. Según ella eran tan grandes que prácticamente solo le cabía de a uno en la palma de la mano y uno solo de ellos era tanto o mas grande que los dos míos. Él le dijo que siempre los tuvo grandes y que le habían crecido un poco más hacía unos años.
    
    En ese juego de caricias don Fernando se volvió a excitar, dejó a un lado el teléfono, se giró un poco quedando de lado y empezó a tocarla a ella con la mano que tenía libre. Tocaba sus caderas, su cara y sus cabellos. Estaban ambos acostados de medio lado y de frente a frente pero luego él la acomodó a ella para que quedara boca arriba y de esa manera poderla tocar mejor. De nuevo volvió a manosearle las teticas y el vientre con esa mano casi completamente llena de pelos. Luego la bajó despacio hasta su vulvita ...
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