1. El ayudante (Cap. 8): Yeri sobre la mesa


    Fecha: 04/10/2021, Categorías: Hetero Autor: JoKe316, Fuente: CuentoRelatos

    ... le susurraba al oído. “Hmm, hermosa, rica, quitate esto.” Continuó besándola antes de empezar a quitarle el pequeño top mojado en sudor que aún cubría el torso de la chica. La rubia sólo gemía despacio, agradeciendo la atención, y se dejó quitar la molesta prenda. Luego siguió su sostén de color blanco el cual le desabrocharon sin dificultad. Fue entonces que la boca de su ayudante pasó de comerse su cuello a devorar sus pechos. “¡Ahhn!” Y nuevos gemidos comenzaron a escapar de entre sus labios ante la nueva atención. Sus ojos entrecerrados miraron alucinados como se comían primero uno, luego su otro seno, antes de ver como juntaba al par de pechos con sus manos y comenzar a comerse a ambos por igual. Si bien era la más joven del grupo, Yeri ciertamente era la más dotada en lo que a delantera se refería. Y ahora mismo podía ver como su Ayudante disfrutaba bastante de ese hecho. La pequeña rubia que estaba empalada hasta el tope por la verga de ese enorme hombre sobre ella, tuvo que morder su labio inferior mientras apreciaba con enternecida mirada como la juguetona boca de su Ayudante se abría a más no poder para tragar lo que más podía de sus pechos. Su nívea piel quedando completamente bañada en la lasciva saliva de ese hombre. “Sí que, ¡Hmm! Le gustan los pechos, Ayudante, hmm.” Y sonrió encantadoramente.
    
    Mordiendo un erecto y carnoso pezón, el atractivo hombre simplemente le ofreció una sonrisa antes de darle una larga lamida a una de esas voluminosas mamarias. “Son ...
    ... perfectos, Yeri. Me encantas, nena. Que rica estás.” Y gruñó, pasando un brazo por debajo de la delgada cintura ajena, acomodándola mejor para lo que se venía. “Voy a empezar a moverme, hermosa.” Le habló al oído, atrapando a la rubia entre la mesa y su cuerpo de oso. “Nngh, que apretadita estás, Yeri. Jodidamente apretada.” Arrugó la nariz mientras empezaba a moverse lentamente, con precisión, su cadera haciendo hábiles movimientos circulares a la vez que la penetraba con controlada pasión.
    
    Apenas sintió el primer movimiento, la despeinada rubia se abrazó con brazos y piernas al cuerpo de ese enorme hombre, dejando que él llevara el ritmo. Acompañó los lentos y ricos movimientos de su Ayudante con amorosos y calientes gemidos, el dolor de su entrepierna terminando por desaparecer para ser reemplazado por las ricas oleadas de placer que comenzaban a recorrer todo su cuerpo cual circuitos de electricidad. Podía sentirlo todo con tanta claridad; la gorda y caliente verga que su húmeda cavidad tan rápidamente había engullido y aceptado, con cada uno de sus contornos, curvas y venas que se deslizan acompañando esos lentos y expertos movimientos, obligando a su estrecho sexo a que se acomodara a ese nuevo tamaño. Esa enorme cabeza que cada vez que llegaba a tope y la besaba en lo más profundo de su vientre, la hacía apretar su mandíbula y hundir sus uñas en la espalda de su ayudante por lo rico que se sentía. Sus sudorosos y fervientes cuerpos pegados uno al otro, sus erectos ...
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