1. Melissa (Capítulo 1): Un culo con mucho calor


    Fecha: 07/10/2021, Categorías: Anal Autor: Heathcliff, Fuente: CuentoRelatos

    ... clítoris color durazno muy apetecible, y de su canal vaginal ya corrían ríos de flujo, brillante y hialino. Recorrí cada rincón de su sexo en varias ocasiones, primero le llené las ingles de besos, mordidas y chupetones, lamí sus labios vaginales por dentro y por fuera buscando abarcar cada pliegue, en su clítoris me recreé deletreando el abecedario, haciéndole numerosos zig zags y con el torbellino se vino la primera vez, y bebí cada gota de flujo que soltó, eso me alivió más la sed pero a ninguno nos terminó de aliviar el calor que sentíamos.
    
    -Carajo, qué delicioso -alzó la voz- hace mucho que no me venía así.
    
    Dijo eso abriendo más las piernas y apretándome la nuca con una mano para que siguiera mamándole la concha un poco más.
    
    -Ven -dijo liberándome- la fiebre no se me baja Doctor, qué me recomienda?
    
    -Un caso como el suyo requiere tratamiento vigoroso, y una vía de administración especial -dije apuntando mi polla a su concha.
    
    -Hágalo Doctor, seguiré sus indicaciones al pie de la letra -contestó y esperó.
    
    Nos fundimos en un beso pasional, la tomé de las nalgas y la penetré suavemente, sin prisas, se sentía tan caliente y húmedo que me daban ganas de meterle hasta las bolas de haber sido posible. Inicié un vaivén suave pero a ritmo continuo dentro de ella, cada que la penetraba me aseguraba de llegar lo más profundo posible, y cada vez que me retiraba lo hacía lento para que el glande raspara todos sus pliegues vaginales y ella apretaba sus paredes ...
    ... vaginales con maestría, una sensación indescriptible, por ratos ella o yo dejábamos de besar al otro para proferir gemidos de placer producidos por las acciones del otro.
    
    -Parece estar surtiendo efecto, no le parece? -dije siguiendo nuestro juego de médico-paciente.
    
    -Eso parece, pero cree que sea mejor si me administro yo la dosis? -preguntó separándome de ella y llevándome al asiento del escritorio.
    
    -Usted conoce su cuerpo mejor que nadie, creo que podría funcionar -contesté mientras se sentaba encima de mi con las piernas flexionadas.
    
    Tomó mi pene por la base y lo apuntó hacia el cielo, y descendió lentamente sobre él haciéndolo desaparecer por completo y llenándome los testículos de sus jugos vaginales, la tomé por los glúteos, nos miramos de frente con deseo por el otro y Melissa inició un movimiento hacia adelante y atrás, tomándose su tiempo para frotar su clítoris en mi pubis, y posteriormente empezó un sube y baja glorioso, subía hasta que la cabeza de mi pene rozaba sus labios menores y después la tragaba por completo hasta la base, se movía con cadencia de galope, cada vez cabalgaba más rápido e imprimía algunos movimientos circulares, unos más rudos que otros, como si quisiera atornillar mi polla en su vagina y no separarnos nunca de este éxtasis al que ella se acercaba cada vez más, parecía haber encontrado una posición adecuada para su goce.
    
    Quise ayudarle imprimiendo movimientos hacia arriba pero en eso los hombres somos torpes, tenemos que ...
«1...345...»