1. Leonor y Raimundo


    Fecha: 15/10/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a la sala.
    
    Pasaron varios días en que no quería saber de Raimundo y su mujer. Estaba realmente triste por lo que había hecho. Me sentí culpable, canalla y todo lo que puede sentirse un hombre que traiciona a su mejor amigo. Me llamó en varias ocasiones invitándome, pero yo siempre tenía las excusas.
    
    Nuevamente se planteó una ocasión inevitable: su pequeña hija cumplía quince años y, como quería mucho a su tío, esperaba que yo fuera. Y lo hice. Le compré un regalo y ella me correspondió con uno de sus más baboseados besos.
    
    La niña y su hermano exigían ir al cine, así que mi amigo Raimundo decidió llevarlos. Yo me ofrecí acompañarlo, pero Leonor me pidió que me quedara a ayudarla, que no fuera “malo”…
    
    Me dijo Raimundo, ayúdala mientras tanto.
    
    Y se fueron. En cuanto salieron, Leonor se me tiró encima y empezó a besarme y acariciarme. Yo traté de detenerla, pera estaba sorda, estimulada hasta lo increíble. Y entonces conocí la otra faceta de la mujer, siempre tan señora y compuesta. Se convirtió en una mujer ardiente, sin ningún recato y expresándose de una forma que yo nunca imaginé. Y ¡Dios que me calentó! Me empujó hasta el dormitorio.
    
    Vamos, tontito vamos, quiero follar contigo en pelotas.
    
    Y empezó a sacarme la ropa. Me bajó los pantalones y se tragó mi polla de un golpe, chupándola como jamás nadie me lo había hecho. Mientras me daba la mamada del milenio se quitaba su ropa. Cuando estuvo desnuda se arrojó en la cama y se abrió de piernas.
    
    Ven, ...
    ... machote, me dijo con la voz gruesa y entrecortada por la excitación, cómeme el coño.
    
    Y me hundí en aquel chocho peludo y oloroso que se me ofrecía con tanto deseo. Conté lo menos dos corridas mientras mi lengua recorría los labios de su chocho y jugaba con su pipa. Chorreaba jugos como condenada. Me hizo acostar en la cama, boca arriba y se colocó encima de mí.
    
    Méteme esa polla, Métemelo entero.
    
    Y se lo metió ella misma. Empezó a saltar sobre mí, gozando como una puta y expresándose como ella.
    
    -¡Ooooh! Así… machote… follame, follame entera… Mira que caliente me tienes… Métemela hasta el fondo… ¡Aaaaah! Qué ganas te tenía…
    
    Y tuvo un par de corridas más. Entonces la arrojé boca arriba. Ella abrió las piernas de par en par y las encogió, luego las estiró y las puso sobre mis hombros.
    
    -Así… Dame una buena follada ¡Qué rica polla tienes….! Y se corrió en cuanto se la metí.
    
    Yo pensaba que mi amigo Raimundo debía verse en apuros para satisfacer a aquella hembra insaciable. Bajó sus piernas y me abrazó con ellas por la cintura y empezó a moverse con un arte que me puso a punto.
    
    ¿Te vas a correr? me preguntó. ¡Ooooh! -dije yo- Siiiiii….
    
    Entonces de un salto se separó de mí y se metió mi polla en la boca en el preciso momento que estallaba con borbotones de leche. Tragaba, chupaba, se relamía, todo mientras con una mano se tocaba el coño.
    
    Cuando me miró, vi que sus ojos brillaban con un placer delicioso. Caí rendido. Ella se recortó a mi lado.
    
    ¿Te sientes ...