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Noche de carnaval
Fecha: 21/10/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... de sobrado, el chulito cateto, el empollón formalito y el líder, el único que no se mantenía virgen a los cuarenta. Las chicas vieron enseguida que no pagarían ninguna copa más. Solo tendrían que hacer de calientapollas y hacerles creer que tenían posibilidades con ellas y los chicos pagarían las copas que hicieran falta. Después de dos rondas ellas estaban borrachas y pasándoselo en grande y ellos habían picado y estaban convencidos de haber triunfado con tres pibones. Silvia pasó a la barra para pedir otra copa: -Gerardo ponme otra, guapo. Pagan los colegas. -Joder, Silvia, que sangría les estáis haciendo -y comenzó a reírse a carcajadas. -¿... y lo bien que se lo están pasando ellos? ¿Cuándo se han visto en otra igual? -justificaba ella riéndose. Estaba totalmente desinhibida, con ese punto alcohólico en el que se pierde la vergüenza pero aún se tiene capacidad para razonar. Se encontraba muy a gusto. De repente antes de moverse hacia su grupo una voz que le sonaba lejanamente familiar, hizo que se detuviera: -Hola Silvia. Ella le miró fijamente durante unos segundos. La identificación fue instantánea. Las entradas habían sido agrandadas por un afeitado y tenía más peso. Estaba disfrazado de romano. Era Félix, su ex. El tío con el que lo había dejado hacía más de diez años y con quién no había vuelto a cruzar palabra desde entonces. Silvia con menosprecio giró la cabeza hacia ambos lados para mirar hacia atrás: -¿Es conmigo? -le preguntó ...
... sorprendida. -Vamos Silvia, no seas así -dijo él riéndose. -¿No sea cómo? ¿Desagradable? ¿Estúpida? ¿Cabrona? -Ha pasado demasiado tiempo, ¿no? -preguntó Félix queriendo apaciguar su cabreo. -Fuiste un cabrón -sentenció Silvia. -Tú tampoco te portaste bien... -¿Eh? ¿Cómo dices? Fuiste tú quién empezó nuestra guerra. El hombre la miró a los ojos y le sonrió sabiendo que eso siempre le había podido a ella. Silvia empezó a relajar su cara. Ya no era de cabreo: -Silvia no te pido que me perdones, solo que normalicemos la relación. Que podamos saludarnos cuando nos veamos. Al fin y al cabo todo no fue malo. Tuvimos nuestros momentos buenos. Ella terminó de relajarse y se planteó la posibilidad de normalizar la situación como proponía él. Era verdad que habían tenido buenos momentos. Al cabo de un rato y sin saber muy bien como los dos estaban riéndose al recordar anécdotas comunes. Llevaban más de una hora cuando Silvia empezó a notar una sensación muy agradable que a la vez le daba un vértigo casi temeroso. Ella empezó a sentirse excitada al recordar algunas historias entre ellos. La situación le producía mucho morbo. Había salido de soltera con sus amigas, estaba hablando con un ex que además tenía una buena polla, mucho alcohol... En esto vio que se acercaba Pili, Silvia le hizo señas para que la dejara sola. Pili lo entendió y se fue: -¿Has bajado en coche? -preguntó el hombre a modo de ofrecimiento. -No, sabes que no me gusta conducir ...