Gina y el séptimo piso
Fecha: 22/10/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: rickmaster16, Fuente: CuentoRelatos
... cerrada con candado. Volví a mi puesto.
-En cinco minutos te espero en el séptimo piso -le escribí.
-ufff, bueno -Respondió.
Esperé un momento para asegurarme de que no hubiera moros en la costa y subí las escaleras. Me posicioné de espaldas a una de las paredes y posé mi mirada en las escaleras. No tardé mucho en escuchar unos pasos que subían, vi a Gina aparecer. Iba a dar el paso para subir el primer escalón y se detuvo, miró hacia atrás, miró hacia mí y empezó a subir.
La recibí con un beso en sus gruesos labios. Desabroché su jean y metí mi mano entre su tanga. Mis dedos se impregnaron de sus jugos y Gina soltó un gemido. Tomé su mano y la puse sobre mi verga aún oculta por mi pantalón, ya tiesa, ya lista. Me bajé el cierre y saqué mi falo. Casi instintivamente, como era nuestra costumbre, Gina se arrodilló, abrió su boca y empezó a chupármela.
En un relato anterior hablé de las mamadas de Gina y creo que hablaré de eso siempre que relate nuestras experiencias. Gina chupaba verga como nadie más. Generaba saliva para humedecerla toda y mientras se la tragaba sostenía la base haciendo un movimiento circular con la mano y con la cabeza, lo recuerdo y se me para. Nunca fue de tragársela toda, cuando yo sujetaba su cabeza y hundía mi verga hasta el fondo de su garganta hacia arcadas y terminé entendiendo que aquello de la garganta profunda no era lo suyo. No me recriminaba nunca, dejaba que yo le hiciera lo que quisiera. Recuerdo una frase que me dijo una vez ...
... cuando la vi coqueteando con otro chico y le recriminé por celos, le dije que si íbamos a estar juntos debía ser solo para mí, ella dijo “Yo hago lo que tú me digas”.
Volviendo al séptimo piso. Me la siguió mamando hasta que no pude contenerme y sujetando la parte posterior de su cabeza vacié todo mi semen en su boca. Tosió un poco pero se tragó todo, mi niña juiciosa. Se levantó, nos despedimos y bajó, yo bajé después.
Habíamos encontrado el sitio, ya no solo nos íbamos una vez por semana a un motel sino que otro par de veces por semana nos encontrábamos en el séptimo piso. Pasamos de simples mamadas a coger allí mismo. Ella se inclinaba sobre la pared y me ofrecía su culo. Solía penetrarla por el chocho mientras con mi dedo pulgar le trabajaba el ano, a ella le encantaba.
En una ocasión decidimos subir tipo 6 de la tarde, yo fui el primero en llegar y para mi sorpresa la puerta estaba abierta. Ya yo conocía la azotea pero nunca la había visto de noche. Salí a la azotea para ver si había alguien allí, no había nadie. El cielo estaba estrellado, las calles rebosaban de automóviles. El hecho de que la puerta estuviera abierta era clara señal de que algún trabajo estaban realizando y pensé en abortar la misión, me di la vuelta para bajar la escalera y vi a Gina sonriendo sorprendida en la puerta. La misión continuó.
Hablamos por unos minutos esperando a ver si alguien subía pero nadie apareció. Gina se bajó el pantalón y la tanga hasta la mitad de los muslos y se ...