1. El castigo del mujeriego


    Fecha: 30/10/2021, Categorías: No Consentido Autor: Jascer, Fuente: CuentoRelatos

    Mike dormido no parecía el mujeriego empedernido que lastimaba los sentimientos de montones de muchachas. El que fuera guapo lo hacía apetecible para muchas. Le gustaba hacerse desear y tener un montón de pretendientes detrás, y no tenía problemas en jugar con todas las ilusas que lo buscaban creyéndolo el príncipe azul. Se daba el gusto de usarlas como recipiente de esperma, porque nunca le escaseaban oportunidades de sexo, y las desechaba, luego, sin apelar a grandes excusas. Las dejaba heridas y sufriendo enormemente por su causa, luego de enamorarlas, porque era un seductor que las tenía por un tiempo hasta que se cansaba y buscaba la satisfacción en otras, descartándolas siempre, sin titubeos, como si se cambiara de franela o zapatos, porque nunca se ataba. Las chicas que lo seguían no eran feas y sólo estaba con las más bonitas, pero ni las más hermosas lograban retenerlo; todas acababan sufriendo por él.
    
    Adriana lo miró dormido. Su lindo rostro se veía tan inocente y tierno con los pestañones ojos cerrados y los rojos labios entreabiertos dejando ver un poco su blanca y perfecta dentadura. El chico era todo un adonis con rostro de dios. Mike lucía impecablemente adorable dormido y casi cedió tentada a acariciarle el rostro, porque dormido era lindo, pero despierto era un sádico al que sólo tenía deseos de matar, después de torturarlo mucho, poquito a poco y aun así le harían falta vidas para sentirse satisfecha. Adriana lo miró con desprecio antes de sucumbir a su ...
    ... encanto. Era una de las cientos usadas y desechadas como una media sucia.
    
    -¿Dónde estoy? -susurró Mike aún aturdido por los rezagos del sueño. Había dormido por unas horas, con Adriana observándolo, esperando.
    
    Movió los brazos con desesperación al verse atado. Estaba boca abajo y tenía los robustos brazos detrás de la espalda. —¿Pero qué diablos...? -exclamó aterrado al agitar los pies y sentirlos atados por los tobillos... y también al percatarse de que estaba desnudo, como vino al mundo.
    
    Mike empezó a sudar. Estaba evidentemente nervioso. Por alguna razón no recordaba nada de la noche anterior. Sabía que había estado en una fiesta, había tenido sexo divino con una morena exótica de ondulado cabello oscuro y ojos despampanantemente grises. Recordaba que era hermosa y similar a una chica que tuvo y que descartó, pero estaba para entonces ya ebrio y no podía estar seguro de quien se trataba. Luego, después de una sabrosa y peculiar bebida que aquella diosa le ofreciera e insistiera en que consumiera toda no recordaba nada más... Un escalofrío le recorrió la espalda. -¿Por qué estoy así?... exclamó con la garganta hecha un nudo y la voz temblorosa.
    
    Adriana se sentó a su lado. Su mano buscó el cuerpo del chico.
    
    Mike se estremeció cuando sus finos dedos le recorrieron la planta del pie derecho. Adriana sonrió mientras jugueteaban sus bonitos dedos. Recordó como le gustaba hacerle cosquillas en los pies antes del sexo. Frunció el ceño cuando una imagen mental de Mike ...
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