1. Jefe Cumplidor


    Fecha: 02/11/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi mujer y yo somos una pareja perfecta en todos los aspectos excepto uno. Mucho antes de conocernos, ella tuvo una relación con otro hombre con el que no llegó a casarse. Sin embargo, no había podido olvidar su buen equipamiento sexual. Yo, en cambio, tengo que conformarme con un miembro pequeño y delgado. Y aunque Liliana nunca ha dado señales de echar de menos una verga más grande, siempre he sabido que era así. Empecé a pensar en su antiguo novio y me di cuenta que me excitaba la idea de que otro hombre, con un buen nabo, por supuesto, le pegara un polvo. Le expliqué esta fantasía y se puso tan cachonda como yo.
    
    Un día, durante nuestras vacaciones, nos fijamos en un chico que estaba en la playa. Se alojaba en nuestro hotel y animé a mi mujer a que intentara ligárselo. Lo consiguió, y aunque estaba mejor equipado que yo, no era nada del otro mundo. Sin embargo, mientras desayunábamos a la mañana siguiente, disfruté escuchando su relato con pelos y señales. Fue de lo más estimulante. Pero lo verdaderamente caliente estaba por venir.
    
    Hace poco estuvimos en la boda de un compañero de trabajo. Fue una de esas celebraciones multitudinarias en un hotel. Mi esposa era, con ventaja, la mujer más atractiva de la fiesta y aunque conocíamos a pocos de los invitados, los hombres hacían cola para bailar con ella. Yo me lo pasaba en grande viendo cómo se ponían calientes y me imaginaba lo que sería ver a mi mujer follárselos.
    
    Uno de los pocos conocidos era Andrés, mi jefe. ...
    ... Resultaba prácticamente imposible no darse cuenta como devoraba a mi esposa con la mirada. Bailaron un par de veces y sus manos no paraban un instante. Era evidente que la deseaba. De pronto, perdí de vista a Liliana. Di unas vueltas por el salón de baile buscándola y ni rastro. Sin embargo, al cabo de diez minutos, la vi entrar acompañada de Andrés. Se dirigieron al novio y le entregaron algo que este guardó en el bolsillo con un guiño. Mi mujer me dijo que tenía que hablarme. Me contó que a Andrés se le había puesto dura mientras bailaban y que había insistido en decirle que la encontraba muy seductora. Incapaz de resistir la tentación, ella le metió mano en la bragueta y le dio un par de meneos en la polla por encima de la ropa. Comprobó con sorpresa que la verga de Andrés era aún mayor que la de su inolvidable y antiguo amante.
    
    Corrieron como locos al ascensor y subieron a una habitación que los recién casados tenían reservada para pasar la noche. Nada más entrar, comenzaron a morrearse y a meterse mano y ella no tardó en pedirle que le mostrara su precioso miembro. De rodillas, le bajó la cremallera y comprobó el tamaño de aquel cipote. Absolutamente extasiada, mi mujer pugnaba por sacar el enorme falo a la luz y, una vez conseguido, empezó a comérselo con ardor.
    
    -"Te gustan las pollas, ¿verdad?" – preguntó mi jefe.
    
    -"Por supuesto" – fue su respuesta – “Sobre todo cuando son grandes como la tuya."
    
    -"Así que te gustan los nabos especialmente grandes" – continuó él ...
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