La chica del banco
Fecha: 07/11/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
La conocí en la sucursal bancaria. Detrás de una gran mesa allí estaba mi agente comercial, la que me tenía que asesorar en los trámites obligatorios tras la última ley de protección de los pequeños inversionistas. Era nueva en el puesto y se la veía algo nerviosa. Me atendió muy profesional y educadamente. Quedé muy satisfecho con la gestión.
Otra cosa muy distinta es mi opinión sobre su físico. No es precisamente lo que los chicos buscan en una mujer para pasar un buen rato.
Apenas tiene apenas curvas, no es guapa, ni tampoco parece tener ningún interés en ser más atractiva. Tiene un cuerpo menudo, muy delgada, vistiendo un pantalón que cuelga de su cintura y apenas le marca el culo. Un jersey de cuello que apenas denota el bulto de su pecho completa el vestuario.
Esto seguro que le gusta más revisar un estado de cuentas que salir a divertirse con los amigos. Definitivamente no es mi tipo.
Hace unos días salí a correr. Después de casi una hora, volvía a casa bastante sudoroso y cansado. Ya con muchas ganas de llegar iba algo distraído y casi arrollo a una mujer que salía de un portal.
Tras las primeras disculpas la reconocí como la chica del banco. Ella también se acordaba de mí, y ahora fuera del entorno laboral ya no parecía tan sosa, incluso parecía bastante interesada en mirar con descaro mi cuerpo musculado y en ese momento algo sudoroso.
Yo no paraba de moverme para no enfriarme, pero ella tenía ganas de conversación y no me dejaba ir. Por un ...
... instante pensé que le gustaba verle “revolotear a su alrededor” mientras ejercía el control sobre mi.
Era como en el banco, pero en otro escenario. A ella le gustaba ser la que dirigía la conversación.
Después de unos minutos me sorprendió con una propuesta sorprendente.
- “¿quieres subir a tomar algo?”, me suelta con toda naturalidad.
Ya he comentado que la chica es poco agraciada y tiene un cuerpo muy delgado, casi parece enfermizo y eso no me seduce. Por lo que hemos hablado no puedo deducir que se trate de una invitación de carácter erótico, pero tampoco le veo otro motivo. Dudo, ella insiste. Me trato de excusar. Ella vuelve a insistir y al final acepto.
Mientras subimos en el ascensor ella me sonríe cual una colegiala sin saber que decir. La noto inquieta y la seguridad que mostraba minutos atrás se ha diluido en segundos.
Me hace pasar a su apartamento. Vive sola. Todo está muy ordenado y limpio, con una decoración minimalista, muy sobria. Vaya como es ella.
Mientras me ofrece un refresco se lanza a contarme cosas sobre su vida que no me interesan demasiado pero que ella considera que me las debe contar.
- “Tuve un novio a los dieciocho durante dos años pero me dejo por otra. Luego estuve saliendo durante un tiempo con un hombre mayor que yo que me hizo sufrir mucho porque me humillaba. Después de eso, he tenido algunas relaciones, nada serio, y que han durado muy poco. Ninguno me ha sabido comprender ni tratar como yo quería”.
En esta última frase ...