La bisex, el marido y las siete esclavas (Cap. 1): La boda - Relatos Eróticos

La bisex, el marido y las siete esclavas (Cap. 1): La boda

Hoy siendo 2 de septiembre estaba en mi mansión descansando, ya que con esta cuarentena provocada por el COVID la verdad no hay mucha actividad por hacer que no sea diferente a estar en la casa. Estaba placidamente descansando viendo una serie policiaca y disfrutando del servico de dos esclavas que tengo a mis pies que a su vez forman parte de un sequito que tengo a mi servicio diario.

Como bien acabo de decir estaba gozando de mi desanso cuando se escuchó el timbrar de la puerta principal de la mansión, la esclava encargada de la puerta atendió al llamado, saludó a una señora de aproximadamente entre los 40 o 50 años que estaba próxima a contraer nupcias, su futuro marido era divorciado y con hijas en su haber ya veinteañeras, y ella es BISEX con tres hijas también; mi perra preguntó a que se debía su visita, la dama dijo estar interesada en contratar los servicios de la preparación de bocadillos y la renta de meseras, la perrita le pidió seguirla a lo cual la dama accedió.

Mi esclava condujo a la dama hasta mi presencia para decir que ella estaba proxima a casarse y que deseaba contratar bocadillos así como también el servicie meseras tal y como antes había contado, ella dijo que su boda iba a ser con un poco más de 100 invitados incluidas sus hijas e hijastras, de las cuales ya había nombrado, le pregunté como era su relación con sus futuras hijas, ella comentó no ser muy accesible pero que ella estaba esperanzada que se compusiera ya una vez contraidas las ...

... nupcias.

En ocasiones especiales como un plus además de dar mis servicios habituales también ofrezco amansar a gente ya sea por ser rebeldes o por petición de algun padre insatisfecho que no saben como quitar lo caprichoso y malcriado a sus hijos me piden que los convierta en perritos falderos; situación que para mi es sencilla gracias a que tengo un caracter bastante dominante y prueba de lo que digo es que tengo un sequito de jovenes entre 20 y 25 años totalmente sometidas sin reclamar nada y qu su único privilegio es estar a mis pies.

Le ofrecí a esta señora el amansar tanto a sus hijas como a sus próximas hijas adoptivas para tenerlas comiendo de su mano y así además de evitar discusiones absurdas, le bastaría decir la órden una sola vez y aquella perra que recibiera la orden la acataría sin discutirle jamás.

A la clienta al principio le daba remordimiento tener a sus hijas a sus pies rendidas junto con sus hijas adoptivas, sin embargo al explicar la bondades que esto conlleva; el sentimiento de culpa por convertir a sus hijas en sus fieles perritas, desaparció instantaneamente. Ella aceptó mi propuesta agradecida por la recomendación.

Di la orden a mi ahora clienta que fuera de inmediato por sus hijas, la clienta enseguida acató lo dicho por mi, sin embargo antes de retirarse le dije traelas y una vez que estén aquí ya en proceso de amansamiento discutieramos los arreglos finales del banquete, la clienta se ausentó y a los 25 minutos ya estaba de regreso con sus ...