1. Me gusta recordar lo bien que follas


    Fecha: 09/11/2021, Categorías: Hetero Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    Me gusta recordar como me follaste aquel día en tu casa, aquel día en el baño de la universidad, esta historia va de eso de mis recuerdos una vez que estoy sola en casa y me encuentro deprimida, el recordar, el volver a sentir cuando me follaste encima del capo de tu coche mientras todos nos miraban.
    
    Una de las cosas que más me gusta cuando estoy sola en casa, es recordar los momentos felices, agradables y ese día tenía mucho que recordar, no hacia ni tres horas me habías dejado en la puerta de casa después de haber pasado una maravillosa tarde contigo, pasaba mis manos sobre mi cuerpo cerrando los ojos y revivía una vez más esa tarde junto a Julián y mis recuerdos comienzan cuando...
    
    El ruido de la puerta del baño cerrándose de golpe hizo que mirara por el espejo para ver como te acercabas a mí, me estabas esperando en el pasillo mientras me retocaba un poco, ya que íbamos a ir a cenar, realmente no sé el tiempo que estuve allí dentro, supongo que una vez más el tiempo no pasa igual para los hombres que para las mujeres, porque según yo acababa de entrar y según tú había pasado una eternidad y te cansaste de esperas, ahora te acercabas a mí con una sonrisa muy pícara, te observaba mientras guardaba mi resaltador de labios en el bolso a la vez que te sonreía, sabía que me ibas a proponer algo así que espere a que llegaras dándome la vuelta y apoyándome en la encimera sin decirte nada, simplemente mirándote y sonriéndote, ese día estabas realmente guapo, querías ...
    ... sorprenderme en nuestra primera cita, ya que aquella noche en tu casa jugando a la oca no contaba y de momento lo estabas consiguiendo.
    
    No me dijiste nada, simplemente te plantaste delante de mí y con las dos manos me cogiste la cara y empezaste a besarme, nuestras lenguas enseguida se unieron escapando de nuestros cuerpos y creando un baile erótico sin que ninguno tuviera intención de pararlo, apoye mis manos sobre la encimera del baño sin abrazarte, pero con tu cuerpo pegado al mío apretándome con tu pelvis, rozando la erección de tu pene contra mi falda, no hacía falta que me estimularas más, ya lo estaba, estaba excitada incluso antes de entrar en el baño en cuanto te vi aquella tarde me notaba húmeda y ahora esa sensación de tenerte encima de mí, lo acrecentaba.
    
    Como un juego tus manos iban cambiando de posición, primero cogiéndome la cara, luego abrazándome mientras me besabas con tanta fuerza que me cortabas la respiración, ahora las tenías sobre mis pechos apretándolos y desabrochándome con suavidad los botones de mi blusa, empecé a mirar nerviosa a la puerta, era tarde y muy posiblemente seriamos los últimos dentro de la facultad, pero aun así podía entrar alguien y vernos, aunque poco a poco mi nerviosismo se fue diluyendo al notar mis pezones mojados con tu lengua que había empezado hacer de las suyas, todavía me acordaba de cómo me lamiste en tu casa, de cómo me follaste y de los orgasmos que me regalaste, estaba tremendamente excitada y me daba igual que pasara ...
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