Me gusta recordar lo bien que follas
Fecha: 09/11/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... lengua realizaron el resto, tu polla estaba nuevamente tal y como nos gustaba a los dos, sobre todo a mí que no paraba de moverme de arriba y abajo mientras que gemías y me sujetabas de la cabeza subiéndomela y bajándomela.
Te miraba y sonreía, me levanté acercándome a ti, cociéndote de la polla la empecé a pasear por mis labios metiéndola en mi vagina, ahora era yo la que jugaba aunque por poco tiempo, realmente no estaba para juegos, necesitaba que me follaras, necesitaba follarte como así hice, levante mi pierna izquierda, apoyando el pie en el guardabarros del coche, mi rodilla izquierda flexionada y mi pierna derecha apoyada firmemente en el suelo a la vez que mis manos te apartaban, pero me sujetaba en tu pecho, me guardabas la falda con tu mano después de habérmela quitado y con tu polla en mi mano buscaba nuevamente la entrada de mi vagina, empezaba a moverme hacia abajo y hacia arriba, los dos mirábamos como tu pene entraba y salía de mi vagina, los dos gemíamos cuando uno de los coches paso por delante de nosotros mirando como te follaba, como cabalgaba tu polla, estaba oscuro, pero pude ver la cara de la chica al pasar mordiéndose los labios, podía oírla decir en su mente lo afortunada que era de gozar tanto con aquella polla que no hacía más que meterse en mi interior y salir realmente empapada de mí.
Podía ver en su mirada que no salía satisfecha con su novio y me sentía afortunada de tenerte, mientras todos estos pensamientos me atravesaban yo seguía ...
... moviendo mis caderas, bajando y subiendo mi pelvis aumentando la velocidad y empezar a sentir como el calor se apoderaba de mi cuerpo, como mi vientre ardía expandiendo el incendio por la vagina y por mis extremidades, me saque tu pene de golpe y una vez más expulse mi orgasmo fuera de mí en forma de chorros, luego me la volvía a meter y volvía a bajas y subir para parar y sacarla nuevamente, mis gritos eran como aullidos de loba mi vagina ronroneaba como una gata cuando quiere caricias y yo quería más caricias de tu pene dentro de mí.
Te levantaste como un resorte que dejan libre, me sentaste en el capo y me abriste de piernas metiéndome tu polla con rapidez y hasta el fondo, tus movimientos rápidos y tus penetraciones profundas, mis pies estirados a la altura de tu cadera bailaban como mis pechos cada vez que me la metías, no podía parar de gemir un nuevo orgasmo me volvía a llenar la vagina, pero esta vez no te apartaste, esta vez seguías metiéndomela hasta que explotaste nuevamente y una vez más me llenabas con tu leche todo el coño.
Los dos terminamos exhaustos, mis piernas abiertas ya tocaban suelo y tú en medio de ellas tumbado encima de mí, jadeábamos y nos besábamos, unos aplausos y silbidos venían de alguna parte del parking, no avergonzados, pero si incómodos nos montamos en el coche y nos fuimos.
En la puerta de mi casa te invitaba a subir, pero tenías que madrugar y me rechazaste no sin antes despedirte de mí con un beso que me supo a gloria y yo te susurre ...