Amiga de mi hermana
Fecha: 11/11/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... aquello que yo le pida.
- “Me ha dicho mi hermana que bailas muy bien, me podrías enseñar”. “Bailemos un poco”.
Isabel acepta la sugerencia y nos ponemos a bailar. Nuestros cuerpos van y vienen entrando en contacto de forma acompasada. Veo como le gusta pasar su mano por mis brazos, mis hombros y también por mi pecho. A mi me encanta sentir sus hermosas tetas apretadas contra mi, y su redondeada cadera dándome restregones en el paquete.
Animados por el ritmo y por el roce de nuestros cuerpos, buscamos el contacto de los labios hasta terminar en un apasionado beso. Hacemos una pausa para que ella se quite el batín. Se queda en bragas y sostén. Isabel es una gordibuena que me atrae como un potente imán a un alfiler.
Bailamos, y mientras nuestras bocas se buscan con pasión. Las manos de ella aprietan mi cuerpo musculado y las mías se deslizan suavemente sobre su piel de seda.
Pasan los minutos y lo disfrutamos mucho, hasta que ella se separa, me da un besito en los labios y desaparece por el pasillo.
Tras un instante de duda voy tras ella. La encuentro sobre la cama boca abajo. A mí me parece que está sollozando muy contenidamente. No comprendo bien lo que sucede pero quiero darle mi aprecio.
En silencio me acerco, me siento en el borde de la cama y me inclino sobre ella para darle un beso en el hombro. Después de éste vienen otros, y a continuación mi mano se posa sobre su piel tan levemente que casi no hay contacto. A medida que las caricias se van ...
... repitiendo se relaja y experimentas las agradables sensaciones que tanto deseaba. Supongo que la triste sensación de sentirse sola se ha tornado en sentirse apreciada y deseada por una persona como yo.
Después de recorrer con mi mano toda la espalda y piernas, deshago el sostén y la animo a ponerse de medio lado. Es entonces cuando empiezo a acariciar su pecho, su vientre y su cadera. Tiene una piel de seda, sin ningun vello con lo que la mano se desliza tan delicadamente que parece que no está en contacto.
Tras unos instantes de amor tántrico, la despojo del sostén y las bragas, la pongo bocarriba con las piernas flexionadas y separadas para que me pueda mostrar su bonita rajita. Ésta está completamente rasurada, limpia y bonita como la de una muñeca pepona. Le paso la mano por encima, por los muslos y el bajo vientre como si quisiera reconocer todo el terreno donde el placer se concentra.
Meticulosamente y con la parsimonia de quien sabe que el camino es tan importante como el destino, le acaricio el guisante que tiene guardado por sus dos carnosos labios. Las caricias son largas y variadas, tanto que creo que ni ella misma conocía que pudieran tener tantas variantes. Algunas veces dibujo con el índice el contorno de la raja hasta llegar al ano, para luego ir subiendo poco a poco separando levemente los labios. En este camino ascendente me entretengo en introducir los dos dedos medios en su vulva para de el néctar que se acumula salga, moje mis dedos y se reparta por toda ...