1. Oficina caliente


    Fecha: 14/11/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Fd, Fuente: CuentoRelatos

    ... directo a mi oficina y por teléfono le marque a su cubículo, con el pretexto de revisar unos papeles…
    
    Mientras ella llegaba quite todo lo que estaba encima de mi escritorio, solo deje el gel y el plug juntos.
    
    Llego toda quitada de la pena con su carpeta de pedidos Paulina entró saludando como siempre alegremente, se paró en seco cuando vio la cola sobre mi escritorio.
    
    —Fe Fe Fede que es esto? –Me pregunto tartamudeando– yo estaba bromeando Fede
    
    —Ven Paulina que por ver no se paga...ven mujer, no te voy a hacer nada… que no quieras, yo no estaba jugando, aquí tienes tu cola.
    
    Me miro con una sonrisa en su rostro sin dejar de mirar alternadamente a él juguete y a mí.
    
    —Pero Fede ¿aquí?
    
    —Ven, tócala, siente su textura, vamos no muerde.
    
    Se acercó lentamente como cuidando sus pasos, se notaba nerviosa, poco a poco la fue acariciando, primero tímidamente, como una niña si no sabe si el juguete que le ofrecen en verdad es para ella. Después la tomó en sus manos y la levantó, la observó minuciosamente. Yo la miraba sin decir nada, solo observando sus reacciones, su timidez fue saliendo de su cara y con una sonrisa pícara puso el seguro a la puerta.
    
    —Está muy suavecita la cola Fede me dieron ganas de probarla.
    
    —Paulina no sabes cómo he deseado este momento, verás que la vamos a disfrutar mucho.
    
    —Aquí?
    
    —Sí, Paulina aquí te voy a follar
    
    Se sacó la blusa mientras caminaba hacia mí, cuando llego a mí lado la admiré la tome de la mano y la giré en ...
    ... redondo, cuando su trasero estaba frente a mi le solté una nalgada y terminó el giro, la tome por la cintura y besé sus labios entreabiertos carnosos, poco a poco mi lengua invadió su boca y nuestras lenguas se cruzaron en una danza muy erótica en su boca, en la mía, en ambas…
    
    Ni sus manos ni las mías se estuvieron quietas ambos nos desabrochamos precipitadamente los pantalones, ella el mío y yo el de ella. Baje sus pantalones lentamente, recorriendo con mis manos sus piernas, tocando por primera vez aquella piel de fuego, saque sus bragas y aspire su aroma, las guarde en mi saco ese sería un pequeño recuerdo del encuentro.
    
    Mis manos fueron a sus sugerentes senos son perfectos para mi mano, los toque suavemente, reconociendo su piel grabándola en mí, luego, bueno fui un poco más rudo así me había dicho en una ocasión que le gustaba ella prefería las mordidas y que la tratarán más fuerte, los tome fuertemente entre mis manos para estrujarlos, un par de manotazos cayeron sobre ellos, era como si los estuviera nalgueando, poco después tenían el color de las granadas, un rojo oscuro intenso, y como una granada mordí de ellos, las granadas se chupan, pero también puedes morder y así lo hice con ella, la mordí al punto de dejar mis dientes marcados en su piel, la tome del cabello y la obligue a ir al suelo, cuando estuvo en cuatro patas, tome la cola, la cola de zorra que tantas ganas tenía de ponerle…
    
    —Abre la boca Paulina, vas a lubricar tu cola.
    
    Ella no lo dudó ni un ...