Sexo con Amalia, mi compañera de piso
Fecha: 22/11/2021,
Categorías:
Hetero
Autor: jc2020, Fuente: CuentoRelatos
... ella, cuanto has demorado en tocarme ah?”. “Es que me daba un poco de corte” le dije yo.
Y nos besamos, le daba besos en el cuello y los disfrutaba, le acariciaba las nalgas y sin hacer ruido nos tumbamos sobre el sofá. Siempre atentos a algún sonido que viniera del cuarto de los dueños, le levanté la camiseta y me sumergió entre sus pechos yo estaba sorprendido pensar que hace rato le tenía ganas y que me diga eso, le mordía los pezones y no dejaba de gemir, comencé a meterle mano a su vagina para saber si ya estaba excitada o mojada o si la excitaba más, los dos tratábamos de no hacer mucho ruido. Nos quitamos la ropa y le bajé la braguita que tenía puesta y le metí una lamida de clítoris a ese chochito, la excitación era más ya que en cualquier momento alguien podría salir de la habitación y encontrarnos en pleno.
Ella tumbada sobre el sofá y yo encina de ella solo pude penetrar esa vagina ya humedecida y bien lubricada que pedía no la hagan esperar, se la metí sin mucha demora y empezamos el folleteo, primero suave para poder controlar la eyaculación y no terminar antes de tiempo, ella daba gemidos suaves y un poco ahogados, no se algo así, me tiraba de los pelos y no dejaba de mover la cabeza de un lado a otro, gemía a cada empujada que le daba, me miraba a los ojos y nos besábamos con fuerza y pasión, creo ya no importaba si salía alguien. Lo que si oíamos eran los ronquidos de los dueños y en cierta forma sabíamos que estaban durmiendo plácidamente.
Me senté ...
... en el sofá y la senté sobre mi pene dándome la espalda, que rica pose, como ella es delgada, es muy ágil y que bien se movía en esa posición, de cuando en cuando se levantaba y se sentaba con fuerza y hacía sonar su culo con mi pelvis, yo le masajeaba su culito y la ponía cara al suelo para poder darle unas suaves nalgadas, le besaba la espalda y eso la calentaba más, le acariciaba las tetas y hasta me daba el tiempo para tocarle el coño, totalmente húmedo y desbordando líquidos.
Ella se había agarrado de mis rodillas y se movía de un lado a otro, de izquierda a derecha y en círculos, se sentía que queríamos gritar y gemir pero no podíamos eso era muy fuerte para tan pequeña habitación lo que si se olía era un fuerte olor a sexo, se podía oler y creo que estar pendiente de esa situación me hacía controlar la eyaculación, yo le metía más ritmo a mi compañera para que terminara y así poder repetir en alguna otra oportunidad, seguíamos en esa pose y la volteo pero esta vez mirándome, le comía los labios, le mordía las tetas y le acariciaba las nalgas tan duritas y lisas que tiene.
Seguimos así y cada vez que quería gritar o gemir la callaba con mis labios y era una fuerza sobre nuestras bocas, nos unimos en fuertes abrazos que desahogan las ganas de poder gritar o decir algo. Fue muy excitante, un tanto arriesgado, una manera muy diferente y pasional de tener sexo aquella noche. Ufff estábamos en esa pose y siento clavarse sus uñas en mi cabeza, siento un tirón de pelos que ...