1. Mi suegra: La culpa fue de las gafas


    Fecha: 22/11/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Fudo, Fuente: CuentoRelatos

    ... sensación, no puedo quitármelo de la cabeza. —Dijo ella.
    
    —El que no puedes olvidar Fina?
    
    —Tu cuerpo, y... polla, no he podido evitarlo y me has excitado un montón, vas a tener que arreglarlo.
    
    No me podía creer lo que mi suegra me estaba diciendo que quería echar un polvo conmigo. No me lo esperaba, pero a mi me entró un subidón, que accedí a lo que ella quisiera.
    
    —Vamos, enseñármela otra vez. —Dicho y hecho, me puse de pie y me bajé los pantalones, mi polla, todavía en reposo pero grande, se presentó a menos de diez centímetros de sus ojos.— Que barbaridad, mi hija tiene que disfrutar un montón.
    
    —Basta de cuentos, y comienza la faena.
    
    Esto, en vez de coaccionarla, le encantó y se puso manos a la obra. Cogió mi polla con sus manos y empezó a pajearme, que excitación más grande, no tarde ni dos minutos y ya estaba corriéndome en su cara, ella trató de llevárselo todo a la boca, mi succionó todo la polla hasta quedar sequita.
    
    Jamás me imaginé que mi suegra fuera capaza de hacerme eso, ni siquiera que supiera hacerlo, pero vaya si sabía. La noche no había hecho más que empezar, después de esa gran mamada. Fina se quedó sentada en el sofá y yo me puse de rodillas en el suelo, le quite las braguitas y la abrí de piernas:
    
    —Lo que me vas hacer ahora no me lo han hecho nunca.
    
    Me dijo mi suegra, sabiendo que lo que se le venía encima era una comilona de coño espectacular. No fui dulce ni suave, fui directamente a su coñito, que por cierto olía muy bien y ...
    ... estaba muy bien cuidado, se notaba que se cortaba pelo del monte.
    
    No sabía si le había hecho daño pero sus gritos eran espectaculares:
    
    —aaah... siii ¡joder qué bueno!
    
    Mi ritmo de lengüetazos iba en aumento a medida que escuchaba esos gemidos, era un orgasmo detrás de otro, no quise cansarla demasiado porque mi verga volvía a estar firme y había que emplearse a fondo.
    
    En la misma postura, coloqué sus piernas sobre mis hombros y apunté con la polla hacia su raja sonrosada:
    
    —despacio, que es muy grande y mi coño no está acostumbrada a eso... aaaahhh, joder, que polla, siii, métemela hasta el fondo, aaah.
    
    No le hice caso y de una tacada, se la metí toda entera, el bombeo fue desde el principio rápido y con brusquedad, eso era lo que le gustaba a las mujeres, y ella no iba a ser menos.
    
    —Ahora, fóllame a cuatro patas, que hace mucho tiempo que no lo hago así.
    
    Sus deseos eran órdenes, la coloqué y empecé otra vez con el bombeo de mi verga, en ese momento me entró el deseo de abrirle el culo, se notaba que era virgen por ahí, pero quise hacerlo con cuidado. Mientras ella disfrutaba de mi polla, yo comencé acariciarle el ano y al meterle el dedo, ella se daba cuenta pero creo que le estaba dando más placer.
    
    —Ahora vas a disfrutar de otra cosa nueva.
    
    —No, por el culo no, por favor. —Hice caso omiso a sus súplicas, y apunté mi glande hacia su ano, ahora si había que ser más suave, se la fui metiendo sin prisa pero sin pausa, ella gritó de dolor pero no fue un ...