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Cuando ella conoce al macho alpha negro
Fecha: 01/12/2021, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... las dunas. Recogí a toda velocidad todo y me fui para allá. No los veía, había vegetación densa, dunas y cogí el camino. Al avanzar unos metros oí la voz de Enmanuel. - Así así muy bien, métela mas así. Ahí estaba mi mujer de rodillas mamando polla con las manos atrás como le gustaba a su macho, solo boca y lengua, mirándole con cara de zorra a los ojos. No se dio cuenta ni de mi presencia. Enmanuel me guiño un ojo y me hico la señal de que no hablara. - Muy bien putita cómela así, ahora en casa tenemos a mi sirvienta para que estés como mi princesa y tu marido este como un rey. - También está mi tío, es mayor y no pasa nada, pero le voy a dejar ver como tu príncipe te hace la puta más feliz y tú ya no dirás nada solo si a todo ¿verdad mi puta? No tenía yo claro este rollo del tío y la sirvienta, y creía que Mirian tampoco, pero al apartarle el del pollon para que respondiera mi mujer dijo: - Príncipe, yo solo quiero estar a la altura de tus deseos, haré y diré lo que tu desees. Mirian no sabía que yo estaba allí mirando a tres metros, por lo que sé que lo dijo de corazón y sin cortarse. La volvió a dar de mamar: - Así me gusta princesa, llénala bien de saliva quiero llenarte y clavártela entera. Mirian se la clavaba hasta donde podía con ruidos guturales incluidos, la tenía llena de saliva y baba además de líquido seminal. La aparto de la polla y la levanto subiéndosela encima, apunto el pollon al coñito de mi mujer y la fue ...
... bajando hasta enterrárselo. Mi mujer empezó a botar agarrada fuertemente a la espalda del negro, más de un puño de polla no entraba, la llegaba hasta el útero. Mirian empezó a empalmar orgasmos unos con otros, gritaba sin ningún pudor. Las manazas de él amasaban su culo y sus dejos se enterraban en su ano. Él decía: - Baja más, bajas más puta, clávala más, clava toda dentro, quiero mi leche muy dentro. Mirian hacia esfuerzo hacia abajo y quedándose insertada haciendo fuerza le dijo: - Mi amor no cabe más mira, no me da más el coñito. El metió sus brazos por debajo de las piernas de ella, y agarrándola de la cadera empezó una salvaje clavada con entradas hasta el límite de su útero y en la última clavada la dijo: - Toma mi leche negra Y gritando y bramando, clavándosela a todo lo que entraba empezó a escupir semen que se le salía a mi mujer mezclado con los chorreones de flujo que la corrían por la entrepierna. La desclavo y sin decir ya nada mi mujer se tiro al suelo a por su ración de leche agarrándosela con ansia y dejándosela reluciente. El la miró y me miró con ojos de satisfecho, de amo del mundo. Mi mujer de rodillas a sus pies jugando con la lengua con su capullo, el coño irritadísimo echando cantidad de leche y el negro volvió a dar una vuelta de tuerca a su dominación. Se dio la vuelta, se abrió los cachetes y la dijo: - Chúpamelo me has hecho sudar mucho. Mi mujer agarro su culo, lo abrió y empezó a lamerle la raja del culo ...