1. Dando culito: mis inicios.


    Fecha: 06/12/2021, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... rodeos, charla, jugo y pene. En muchas ocasiones le ahorraba lo del jugo e iba por lo mío.
    
    No tardaron en querer cogerme, también quería cogérmelos. No sabía quién sería el primero. El azar decidió, coincidí con uno de ellos, un hombre de unos 28 años. El tipo era rudo y tierno, bien dotado. Egresado de la universidad donde estudiaba, fue por unos certificados, nos encontramos, se insinuó, acepte.
    
    Cinco minutos después estábamos en su carro, ni corto ni perezoso me dijo vamos a un motel. Comprendí que no sería una mamada, que me iban a coger. No respondí, continúe con la conversación, al cuarto de hora o 20 minutos se cerraba la puerta de un garaje. Me miro, lo mire y por primera vez nos besamos. Fue un beso largo y lujurioso, un beso de deseo y excitación.
    
    Por primea vez besaba a este hombre, antes se la había chupado unas cuatro veces. Fue el último de los cinco amigos que recibió la primera mamada, pero sería el primero en penetrarme.
    
    Bajamos del auto y seguimos besando. Por primera vez sentí sus manos en mi cuerpo, la combinación de rudeza y ternura en las caricias. Mi blusa cayo al piso, sus labios se posaron en mis senos, comenzó a devorar mis téticas, a morder mis pezones, mientras sus dedos recorrían mis glúteos. Me deje llevar por ese huracán de placer.
    
    Minutos después estaba desnuda, muy mojada. Él me beso y paso a olerme, cuando sintió el aroma del sudor de mis axilas enloqueció, me besaba, me mordía, me olía. O hablaba, actuaba.
    
    Después bajo, ...
    ... bajo y bajo, me olio profundamente, disfrutó de mis aromas íntimos, de la combinación sudor, orines y jugos de mujer excitada. Su lengua y sus labios se posaron en mi sexo, beso mi clítoris, dibujo mis labios vaginales, y comenzó a chuparme y comerme el coño. Gemí, los gemidos se redoblaron cuando bajo a mi ano, lo beso, lamio y chupo mientras sus dedos entraban en mi vagina. Cuando estaba a punto de correrme me penetró.
    
    Su poderosa verga se deslizó en un mar de jugos y un coro de quejidos. No resistí y me corrí en esa tranca, él me la dejo adentro y disfruto de las contracciones de mi vagina.
    
    No terminaba de recuperar el aliento por mi orgasmo cuando comenzó su mete y saca. No era un ritmo frenético, era acompasado, fuerte, constante. Hablo por primera vez, “tu coño es tan rico como tu boca”.
    
    Continuó hablando, alabando mi coño. Me puso de lado y continúo dándome. No tenía clemencia con mi sexo, lo partía una y otra vez con su poderosa herramienta. Después me ordeno cabalgarlo. Que delicia montar este semental y sentir como su verga me abría mientras bajaba y la devoraba con mi chocho.
    
    Mientras lo cabalgaba me chupaba las tetas y uno de sus dedos fue a mi ano. Comenzó a rodearlo, a tocarlo, a meterlo un poco. El triple placer, me sacaba gemidos y gemidos. Me preguntó si ya me habían dado por el culo. Solo pude decir no. Enloqueció, me mordió las téticas, me penetró con uno de sus falanges y con la otra mano me impulsaba fuerte sobre el tronco de su pene.
    
    Me puso ...