18 años recién cumplidos
Fecha: 08/12/2021,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... ellos a la vez que me besaba una vez más, mi cuerpo dio un pequeño respingo de placer al sentir mis senos entre sus manos y su pene frotarse nuevamente contra mi vulva apretándome contra la encimera.
Esta vez el beso fue más prolongado, mordiendo mis labios con los suyos, realmente no fue un solo beso, realmente sus labios atacaban los míos de forma sistemática y calculada, hasta hacer que mi resistencia bajara para meter su lengua dentro de mí bailando con la mía, sus manos se había metido por debajo del sostén del bikini, pellizcando mis pezones haciendo que crecieran en menos de unos segundos, su pelvis se apretaba con mi vulva, moviéndose de un lado a otro y la verdad que yo no sabía como actuar, seguía tan nerviosa como antes o más, pero ahora estaba realmente excitada, mi vagina se había mojado al igual que mis labios.
La pasión por fin venció a la razón y le abracé besándole con fuerza yo también, acariciando su espalda y dejándome llevar por él, su pelvis bailaba con la mía, sentía su pene golpear mi vulva buscando la entrada de mi vagina, entonces note como su mano se metió por debajo de la braga del bikini, sus dedos se deslizaban por unos labios humedecidos hasta mi vagina, un pequeño gemido salió de mi boca abierta cuando mi cuello estaba asaltado por sus labios besándome y una pequeña luz de cordura me ilumino y me separe de él pidiéndole que me dejara, que no quería estar allí.
Corrí hasta el salón donde me pare, algo me hizo parar, algo en mí me ...
... quería retener allí con él, mientras que parte de mí se quería ir, esta lucha le dio tiempo a alcanzarme, a que me abrazara por la cintura con fuerza a la vez que me besaba el cuello.
-Por favor Joan déjame salir, por favor no sigas. –Decía muy nerviosa, con los ojos llorosos.
-Lara, no tengas miedo, es normal lo que te pasa, si te quisieras ir ya no estarías aquí, si de verdad te quisieras ir no te habrías parado, ssshh deja que te acaricie, déjame que te demuestre lo mucho que te puedo dar, que te puedo hacer gozar. –Joan hablaba y mientras hablaba sus manos acariciaban mi cuerpo, presionaban mis pechos por detrás, su pelvis se movía y rozaba mis nalgas, una mano volvía a meterse por debajo de mi bikini y acariciaba mi vello púdico, acariciando mi clítoris.
Joan tenía razón, si me quisiera haber ido lo habría hecho, si no quisiera estar allí con él no habría parado de correr hasta llegar a mi casa, tenía razón, quería estar allí, deseaba estar allí con él y que pasara lo que tendría que pasar. Su mano apretaba con fuerza mi vulva mientras que su dedo corazón se metía en mi vagina, su otra mano no paraba de tocar mis pechos, de acariciar mis pezones, estábamos junto al sofá y dando un paso hacia adelante me hizo caer en él tumbándome boca abajo, le sentía encima de mí quitándome el sostén del bikini, desatando mi pareo y bajándome con extrema suavidad la braga del bikini hasta quitármelo por completo.
En esos momentos cuando no notaba su cuerpo sobre el mío, pero si ...