1. Le pago con sexo al comandante


    Fecha: 11/12/2021, Categorías: Hetero Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Esto que me pasó fue en vísperas de Navidad, iba yo un poco tomada ya que me había ido de fiesta con unas amigas, traté de tener sexo con alguien, pero se me zafó, así que triste, ebria y cansada manejaba de regreso a casa.
    
    En mi país existe el famoso alcoholímetro y para mi mala suerte caí en uno, unos oficiales me hicieron orillarme.
    
    P: ¡Señorita necesitamos que sople!
    
    L: Pero oficial, ¡cuál es el motivo!
    
    P: ¡Dios, está ebria, a ver salga del auto!
    
    L: Pero, por qué? ¡No hice nada!
    
    Me hicieron salir del auto, ese día traía un minivestido azul, me llegaba al muslo, los oficiales me miraron y se quedaron atónitos, me pidieron que en hiciera hacia una patrulla, yo lo hice, sentía las miradas lesivas de todos, entonces camine más coqueta, mas provocadora, los policías se venían en seco, yo sonreí y miraba a todos.
    
    En eso un tipo medio gordo con cara de perro se acercó a mí, era el comandante o encargado de ahí, me dijo que al romper la regla me tendría que llevar al “torito” 24 horas por estar manejando en estado de ebriedad, yo con actitud soberbia me reía, el comandante me miraba serio y me decía qué llamaría a sus compañeras para que me trasladaran, al oír eso lo primero que se me ocurrió fue coquetearle al gordo.
    
    L. Hay una forma de arreglarnos comandante?
    
    C: Ninguna, ¡pagar su condena!
    
    L: ¡No sea malito, ayúdeme y yo le ayudo a usted!
    
    C: ¿En qué me ayudarías?
    
    L: ¡No sé, en algo rico!
    
    El gordo comandante me miro de arriba abajo, me ...
    ... sonrió, me tomo de la cintura y me llevo hacia su camioneta.
    
    C: ¿Pues dime que me darás hermosa?
    
    L: ¡Que necesita comandante!
    
    El muy barrigón me miraba de arriba abajo, se lamia los labios, me tomo del hombro y me dijo que tenía que ir con él a su caseta que estaba más adelante, le hablo a un subordinado y le dijo que no lo molestaran que hiciera mi carro delante de la caseta y ahí lo dejaran, que íbamos a hablar un acuerdo.
    
    Yo no era tonta sabía que me pediría sexo, pero como estaba caliente y con el alcohol sería más fácil para mi salir librada del “torito” además no me caería mal ganar algunas influencias gracias a mi cuerpo.
    
    C: Nena, la verdad estás buenísima, ¡un manjar como tú no aparece sola por estos lados!
    
    L: Gracias comandante, ¡es que vengo de una cena de trabajo!
    
    C: ¡Con razón esa vestimenta tan sexy!
    
    L: Le parece jajá ¡gracias!
    
    C: ¡Esas curvas perfectas, esas piernas, dios, corre peligro sola!
    
    L: ¿Así? ¡Cómo cual!
    
    C: ¡Como que la desvistan y le hagan un rico sexo!
    
    L: ¿Así? ¿Y será rico?
    
    C: ¡Mamacita, veras que sí!
    
    Él se lanzó sobre mí y me comenzó a besar el cuello, lo hacía como desesperado, sus manos acariciaban mis piernas y subían por debajo de mi mini vestido, llevo su mano directo a mi vagina y la empezó a frotar, sus dedos gordos apretaban fuerte que en lugar de sentir placer me dolía un poco.
    
    Me desato el botón del escote y saco mis tetas, las cuales lamia con su lengua rasposa, mi pezón era mordió violentamente, ...
«123»