Primera vez con un viejo con ganas
Fecha: 19/07/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... primero yo, que mi culo ha pasado mucha hambre en muchos años.
Lo besé, me besó y cruzamos nuestras lenguas. Arranqué el coche y se pasó todo el trayecto, nos diez minutos, sin dejar de mirarme; pienso que ya estaba gozando y yo estaba preocupado de que se viniera antes de tiempo y se estropeara todo el asunto. La verdad es que el vejete de 68 años se portó muy bien.
Cuando estacioné el coche miró para todas partes y no veía a nadie. Salimos y nos metimos en la habitación. Tenía una botella de whisky y le ofrecí, aceptó, le pasé un vaso de plástico con whisky y se lo tomó de golpe. Tenía prisa y le dije:
— Calma, no tenemos prisa, vamos a jugar como cuando eras joven, pero sin prisas, ni mirando a ninguna parte, todo es nuestro. Lo calmé, le puse más whisky y comenzamos a charlar para calentarnos. Al poco me levanté para besarle y se incorporó, poco a poco fui quitándole la ropa y apareció lo que me imaginaba, una polla grande, unos huevos colgando en paralelo con la polla, un vientre no plano, pero sin barriguita, más bien se conservaba. Le pasaba la mano por su vientre y me dijo:
— Sigo trabajando la tierra, ya no por obligación sino cuando me lo pide mi hermano que no está muy bien, el pobre.
Entendí su vientre plano y su musculatura de trabajar la tierra. Pero él se admiraba también de mi cuerpo, tan dorado y todo él del mismo color.
— ¿Cómo tomas el sol?
— Siempre desnudo.
Se puso de rodillas delante de mí y se metió mi polla dentro de su boca y ...
... no quería perder tiempo. Me imaginé que estaba como desesperado y no quería que le saliera mal la oportunidad que se le había presentado. Como le pregunté por qué tenía prisa, me contestó que siempre que había hecho estas “cochinadas” lo tuvo que hacer deprisa. Así, que por mucho que yo lo frenara, el hombre estaba como apurado. Lo arrimé de cara a la pared y le metí en el culo mi polla para satisfacerlo y que no sufriera con la demora. Lo incliné un poco y como si fuera a mi medida, solo abriendo un poco mis piernas ya bajé mi polla a la altura de su culo y, estirando sus nalgas, la fui metiendo poco a poco.
— Dale de una vez, puto maricón, y perfora mi culo que está ansioso.
Necesitaba yo una arenga de este estilo y ¡zas! la metí de golpe, gritó y gimió, le había hecho daño, pero se puso a sonreír y me animó:
— Ándale, cabrón, ándale, y mueve tus caderas, maricón, perfora a este puto con hambre.
Inicié un mete y saca ya fuerte desde el comienzo para quitarle la ansiedad y como soy retardado en eyacular tardamos mucho, tanto que ya estaba sudando y le chorreaba el sudor hasta el suelo, yo me empapé de su húmedo sudor y con el mío propio y, como me había contagiado la prisa, tardé más de la cuenta pero al final comencé a sacar los chorros de mi lefa con cierta violencia y él viejo gemía y gemía, suspiraba y se le veía contento. Al acabar, me abracé a él por la espalda y comencé a morderle el cuello, el buscaba mis manos para que lo masturbara y lo hice hasta que se ...