1. Fernando, el novio de mi hermana


    Fecha: 05/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... la terraza atendiendo solo a nuestras necesidades más primarias, Fernando recorría con sus labios todos los rincones de mi espalda, sus manos en mis glúteos apretándolos y mordiéndolos con su boca, estaba muy excitada y él me excitaba cada vez más, el sol ya había salido y los primeros transeúntes paseaban y corrían por la playa.
    
    Había separado un poco mis piernas para que Fernando disfrutara de mi clítoris con su lengua, me daba de vez en cuando lametazos por toda mi vulva metiéndose los labios en su boca, luego más quirúrgicamente con la punta de su lengua hacia que volviera a gemir al acariciarme con ella mi clítoris sin parar ni un momento de atenderlo, cuando no era su lengua eran sus dedos, cuando no penetraba con su lengua mi vagina eran sus dedos, los gemidos pasaron a pequeños gritos de placer, sus dedos corazón e índice se metían en mi vagina haciendo las funciones de su pene entrando y saliendo de mí con rapidez a la vez que su boca se entretenía con mi clítoris.
    
    Fernando se levantó y cogiéndome en brazos me llevó a la mesa de madera que había en el centro de la terraza, sentándome en ella me subió la pierna izquierda hasta sus hombros sujetándola con su brazo, su pene erguido se paseaba arriba abajo entre mis labios húmedos empapándose de ellos, de mi vagina salía una especie de crema blanquecina, mi flujo se adhería a su pene cada vez que pasaba entre mis labios e intentaba entrar en mi vagina, los dos nos mirábamos con pasión, besándonos de vez en ...
    ... cuando, los dos mirábamos como su pene me recorría, como golpeaba mi clítoris y bajando lentamente se metía un poco en mi vagina, solo la cabeza, solo su glande desaparecía y volvía a salir. Fernando me estaba poniendo enferma de placer, necesitaba que me la metiera ya, pero le encantaba hacerme sufrir, le encantaba ver como mi rostro se desencajaba cuando metía su pene, no solo la cabeza, sino que parte del tronco y me lo sacaba nuevamente para volver a jugar entre mis labios y mi clítoris.
    
    Estaba tan excitada, nunca había estado así de excitada, mi cuerpo pedía más, mi cabeza le odiaba y le amaba por lo que me estaba haciendo, le miraba entre gemidos, mordiéndome los labios con los dientes, el ceño fruncido, mi mano apretando mis senos, acariciando mis pezones que eran asaltados por él también de vez en cuando, pero todo tiene una recompensa y más si has sido una niña buena, por fin Fernando empujó con fuerza su pene dentro de mi vagina, llegando tan profundo que más que un gemido, un grito de placer salió de mí inconscientemente, había hecho que cerrase los ojos y mi cabeza se echara hacia atrás, mis manos apretaran con fuerza mis pezones, fue el principio de lo que vendría, ya que esta vez Fernando ya no me hizo sufrir más, ya solo se dedicaba a meterla y sacarla, a que mis gritos no pararan, empujando mi cuerpo y haciendo bailar mis pechos sobre mí, de un lado a otro.
    
    Veía como su polla desaparecía en mi interior, notaba como se friccionaba con mis paredes vaginales ...