1. Descubriendo la puta que hay en ti


    Fecha: 05/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... round entre ella y él será de estudio. Sí, respondió él, Ya sé lo que le espera. Pero está bien…
    
    Lo mismo que la semana anterior, después de una corta conversación Laura y Rafael se dirigieron a la pista de baile y hasta ahí supimos de ellos. Mientras tanto Joaquín y yo conversamos de todo un poco, entre otras cosas, de lo que podría suceder cuando finalmente definiéramos qué se iba a hacer con las dos hembras. Mi mujer, como ya se pudo dar cuenta, no tiene problemas en pasar el rato con los tipos que le gustan. El tema es que su amiga se deje llevar, se atreva y lo disfrute igual. La hembra tiene ganas de comerse a un amiguito, pero le da miedo y, por no dañar la amistad, dice, pues nada de nada.
    
    Y, bueno, comenté, hoy la cosa va a ser diferente. ¿Por qué? Preguntó él. Pues porque no nos vamos a meter los cuatro en una habitación para verlos tener sexo a ella y él, que son los interesados. Sí, tiene razón. O a su amigo le gustaría disfrutar de mi mujer con público presente. ¡No lo sé! Dijo. Habría que preguntarle. Mejor que la cosa funcione entre ellos dos. Quizá en otra ocasión nos volvamos más civilizados y podamos compartir esa intimidad con tal apertura. Por ahora, dejemos las cosas así.
    
    Y ciertamente, así fue. Después de bailar y bailar, mi mujer llegó bastante despelucada, señal de que aquel había hecho de las suyas y, esta vez, no hubo necesidad de preguntar. Tan pronto llegaron a la mesa, ella, con una pícara mirada, nos dijo, ¿vamos? Tal vez, comentó, ¿no ...
    ... sería mejor que nos esperaran? ¿Van a seguir bailando? Pregunté, haciéndome el bromista. Sí, dijo ella, pero en otra pista y en otro lugar. Mmmm, pensé yo, palabras mayores. Bueno, si quieres, los llevo. Sí, te agradezco, pero me gustaría que estuvieras por ahí, cerca. Tú sabes que no me gusta estar sola. Joaquín, al escuchar esto, entendió que su presencia era inoportuna, así que se apresuró a decir, tranquilos, vayan y diviértanse que yo los espero. Viejo Rafa, nos vemos aquí ¿vale? Sí, yo regreso, contestó su amigo.
    
    Nuevamente, como la semana anterior, emprendimos el camino hacia el motel. Esta vez entramos los tres y mi esposa, asumiendo el control de la situación, decidió tomar la iniciativa, así que se acercó a Rafael, lo abrazó y empezaron a besarse y tocarse. Y, entre caricia y caricia, poco a poco, se fueron desnudando. Ella se esmeró por desabrochar el cinturón y bajar los pantalones de su macho, y, no era para menos su interés, porque bien pronto dejó al descubierto el pene endurecido de aquel muchacho. Si el pene de Joaquín era grande, debo decir que el miembro de Rafael era extragrande y, tal vez por eso, ella había decidido tomárselo con calma y disfrutar a plenitud de ese hombre.
    
    Y ahora, desnudos, como estaban, ella invitó Rafael a que se tumbara de espaldas en la cama. Y así, en esta posición, ella empezó a besarlo de arriba abajo, hasta alcanzar su pene, concentrando su atención en él. Era evidente que aquel miembro le excitaba, de modo que empezó a ...
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