1. Mi rincón de silencio


    Fecha: 18/01/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos

    Una vez más me encuentro sentado en la fría arena de la playa disfrutando del amanecer. Siendo mudo testigo de cómo la luz gana, al menos por unas horas, la eterna batalla a la oscuridad.
    
    Al menos una vez por semana trato de escaparme aquí, alejarme de todo, de todos, de mi mismo y vaciar la mente al menos durante unos minutos.
    
    Un perro se planta frente a mi y, girando la cabeza, se pregunta si yo llegaría a ser un buen compañero de juegos pero un silbido interrumpe sus cavilaciones y se aleja de mi corriendo en pos de su amo.
    
    Al morir en el aire el silbido, el sonido de las olas al romper se vuelve a adueñar de mis oídos mientras mi mirada se pierde en la fina línea que separa el cielo del mar.
    
    Nuevamente mis pensamientos, o la falta de ellos, se ven interrumpidos al sentir como dos personas se acercan y se sientan justo detrás de mi. No me hace falta girarme para saber quiénes son, siempre, siempre acaban encontrándome.
    
    —¿Ves? —su voz grabe rompió el silencio reinante sin importarle lo más mínimo que sus palabras se colasen en mi cabeza.— Te dije que estaría aquí!
    
    —¡Como siempre! —respondió su interlocutor.— No te la des de sabiondo. Siempre vuelve aquí.
    
    —¡Mírale! ¡Será imbécil! ¿Por qué cojones tuvo que hacerte caso?
    
    —Sabes el porqué tan bien como yo.
    
    —¡Y una mierda! No tienes ni puta idea de nada. Él la quiere, la desea, la AMA.
    
    — Sí, todo eso es cierto, pero sigues sin tener en cuenta las circunstancias.
    
    —¡Que les den a las ...
    ... circunstancias! —bramó.— ¡Mírale! Se muere por besarla, por abrazarla, por tenerla cerca.
    
    —Lo sé, pero es mejor así. Al decir "circunstancias" también estoy hablando por ella. Ambos perderían demasiado.
    
    —¿Y no están perdiendo ahora? Mira cómo está. —alzó aún más la voz.— Desea perderse en ella, sentir sus brazos rodeándole, poder mirarla a los ojos y perderse en sus labios.
    
    —Unos ojos verdes que nos vuelven locos.
    
    —Me estás dando la razón. —le interrumpió.
    
    —¿Acaso te crees que no lo sé? ¿Crees que no sé lo que pasa por su cabeza?
    
    —Parece que no. Sino no hablarías así.
    
    —Sí, lo sé. Sé que la ama. Sé que está enamorado de ella, pero... no puede ser. Es lo mejor para él y para ella.
    
    —No me vengas ahora con eso. La diferencia de edad. Eso es una chorrada. ¿A quién coño le importa que tenga 20 años más que ella? Repito, es una auténtica tontería.
    
    —Si. Lo es. Pero no me refería a eso.
    
    —Sé a lo que te refieres, también ha hablado conmigo. Me ha contado sus sueños… sus anhelos… sus esperanzas… sus miedos… —se enfrentó a él.— ¿Sabes cuantas veces ha imaginado acariciar su cuerpo? ¿Perderse en su mirada? ¿Embriagarse con el sabor de sus labios? ¿Cuántas veces ha deseado hacerlo? Pero aparecías tú para impedírselo.
    
    —Tenía que aparecer y frenarle. —susurró incapaz de mirarle a la cara.
    
    —Y mira lo que has conseguido... está ahí sentado, mirando al vacío tratando de no pensar, pero ambos sabemos quién ocupa sus pensamientos.
    
    —Es mejor así. —dijo sin ser capaz de ...
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