1. Mi rincón de silencio


    Fecha: 18/01/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Chrom, Fuente: CuentoRelatos

    ... creer el mismo en sus propias palabras.
    
    —Sentir sus labios —comenzó a susurrar con voz grave.— embriagarse de ellos, besarla, perderse en ellos. Desnudarla lentamente aprovechando para aprenderse cada centímetro cuadrado de su piel...
    
    —Para. Por favor, no continúes.
    
    —Recorrer su cuerpo con la yema de los dedos —continuó hablando sin importarle la súplica de su interlocutor.— sentir como se le eriza la piel al contacto de sus labios. Besar su cuello y tomar uno de sus pezones entre sus labios. Deslizarse por su abdomen hasta alcanzar el tesoro que esconde entre sus piernas…
    
    —Por favor, detente.
    
    —Lamerlo, saborear su coño aprendiendo cada matiz, acariciar su clítoris con la lengua y arrancarle innumerables gemidos de placer. Dejarla al borde del orgasmo, tomarse su tiempo en hacerla ver que hay más, mucho más. Sin prisa, dedicándola todo el tiempo del mundo.
    
    —Recorrer de nuevo su cuerpo rozándola con los labios. —continuó su interlocutor acallando el grave susurro.— Mirarla a los ojos, sentir su calor, disfrutar del aroma de su piel, abrazarla por horas, disfrutar del alboroto, del silencio a su lado, reír con ella, sentir como se enreda su pelo entre sus dedos, apoyar su cabeza en sus muslos mientras sus manos acarician delicadamente su piel.
    
    —Veo que ha hablado mucho contigo. —le cortó.
    
    —Ya sabes que sí. Pero debía aconsejarle. No sólo por él, por ella también.
    
    —Claro… por ella... ¿Y por eso ella tuvo que actuar así, verdad? Rompiéndolo por dentro, ...
    ... dejándolo vacío, actuando como más daño sabía que le iba a provocar.
    
    —Tampoco ha sido fácil para ella. Lo sabes. Lo sabe. Todos lo sabemos. Se dejó aprisionar por el miedo. A veces, cortar de raíz es la mejor solución.
    
    —¡Y una mierda! Él no se merecía eso. Le dio todo, ¡¡TODO!! ¿Y qué ha hecho ella? Desaparecer. Ni una explicación, ni una mísera palabra. NADA. Sólo silencio.
    
    —¿Y qué podía hacer? Sabes que le quiere tanto o más que él a ella, pero…
    
    —Nada de peros —le cortó— Cobarde, eso es lo que es. Una cobarde.
    
    —No es tan fácil. —negó con la cabeza bajando la mirada.— Donde tú ves cobardía, yo veo dolor. Una forma de cargar sobre sus hombros con las culpas de todo. Un acto desesperado de tratar de hacer lo correcto. Una forma de liberarlo de toda culpa.
    
    —Tú y yo nunca nos pondremos de acuerdo. Ambos tenemos nuestra opinión al respecto y por mucho que digamos no la vamos a cambiar.
    
    —Eso es lo de menos, siempre ha sido así.
    
    —Ahora ya todo da igual. Míralo. ¿Qué vamos a hacer con él? —dijo señalándolo.
    
    —Estar ahí para él. Aconsejarlo, guiarlo, apoyarlo.
    
    —Hace años sólo pedía mi consejo. —se lamentó.— Pero… tuviste que aparecer tú.
    
    —Hace años, todo era distinto. Han cambiado muchas cosas.
    
    —¿Y por qué no podrían volver a cambiar? ¿Qué hay de malo en que nos escuche a los dos?
    
    —Sabes que eso no puede ser.
    
    —Quién sabe… Quizás…
    
    —No sabemos qué pasará en el futuro, ni podemos saberlo.
    
    —Déjame al menos esa esperanza. La duda de un futuro ...