Memorias inolvidables (Capítulo 5): La matriarca
Fecha: 20/01/2022,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... verdaderos hipócritas y pude deshacerme de ellos cuando les dije abiertamente que soy gay y me dan lo mismo las consecuencias que se pudieran derivar de esto, pero si por culpa de ellos yo lo iba a pasar mal caerían conmigo. Con esto ya se cortó todo y de alguna manera recuperé mi libertad en otro aspecto de mi vida, ya no me iban a conquistar, sino que sería el conquistador.
Volví a afeitarme lindo, quedarme sin un solo pelo, limpio del todo, que se note bien la carne, que destaque mi pene, mis bolas, mi pecho, mis tetillas, todo lo que tengo y soy y pelos fuera. Me miré al espejo todo afeitadito y me veía más hermoso que nunca a mis 18 años recién cumplidos.
De nuevo mi hermana tenía su quinto novio que, ahora sí, estaba buenísimo, muy guapo, cerca de 1.95 metros, muy fuerte, ojos claros, piel oscura y una preciosa melena morena y hasta ese momento no conocía más partes de él. A pesar de la diferencia de edad, él tenía 24 años, es decir 6 más que yo, cada vez que nos encontrábamos nos cruzábamos una mirada de simpatía. Con el dinero que me dio mi padre y con lo que yo percibía de él para la semana y algo más que podría conseguir, decidí que sería bueno ir a un gimnasio. Ya sé que yo no estaba mal de cuerpo, que la naturaleza me beneficiaba, pero nunca está de más colaborar con la misma naturaleza. Así que me puse, sentado en el suelo del pasillo fuera de mi habitación, con el móvil en la mano para ver si encontraba un gimnasio que no estuviera demasiado lejos de ...
... casa, ni fuese excesivamente caro. Salieron de la habitación de mi hermana ella y su novio para irse a la calle. Ella le dijo que esperase y prepararía un café para matar el gusanillo del hambre, entonces su novio me habló y me dijo:
— Hola, Soy Antolín, me ha parecido ver que buscas gimnasios.
— Hola, yo soy Ismael y sí, busco algo interesante, —le dije.
Entonces me dio una tarjeta y me dijo:
— Este no es caro y es bueno, ve de mi parte.
Cuando ellos salieron a la calle, me esperé un momento y, calculando que estarían lejos, salí en busca del gimnasio. Me gustó, los precios eran asequibles para mis ingresos y me inscribí. Al día siguiente ya estaba yo con mis ejercicios, después de recibir una instrucciones de uso. Así pasó una semana y cada vez estaba más contento.
Cierto día me lo encuentro y charlamos un rato, ahí me dijo:
— Ya me han hablado del chico que yo había enviado, de ti, y parecen contento de ti por tu modo respetuoso de preguntar y hablar.
Un poco me sonrojé y fue entonces cuando me preguntó mi horario de gimnasio y se lo dije. Así discurrió otra semana en la que recibí ayuda suya para hacer ciertos ejercicios y yo le ayudaba a él. Nos convertimos en amigos de gym.
A la semana siguiente, al salir me dijo que tenía libre y me invitaba a una cerveza y esto se convirtió en el comienzo de nuestra amistad que ya iba más allá del gym, porque nos poníamos de acuerdo en la hora de entrada y en la de salida, dábamos una vuelta, hablábamos o ...