Memorias inolvidables (Capítulo 5): La matriarca
Fecha: 20/01/2022,
Categorías:
Gays
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... tomábamos alguna copa, pero de ahí no pasaba la cosa, aunque yo ya me estaba fijando en él y, aunque él siempre se duchaba en cabina y yo también, sí había notado durante los ejercicios que tenía buen pecho con tetillas sobresalientes, dado que usaba camiseta de tirantes siempre y su pantaloneta reducida me daba a entender que su paquete era considerablemente bueno.
No sé por qué razón fue, ni pregunté, pero mi hermana me dijo que Antolín necesitaba quedarse a dormir en casa, si yo podría aceptar que metiéramos un colchón en mi habitación para que durmiera allí. Mucho me extrañó que me lo pidiera a mí, no a mis hermanos, luego supe que todos le habían dado negativa. Por el contrario, yo le dije fácilmente que sí y se puso feliz. Yo ya estaba en plan de comportarme de una manera envidiable y no iba a decirle a mi hermana que no, aparte de que la vista de ese chico me gustaba.
La noche que se quedó a dormir en mi casa, en mi cuarto, en mi cama, porque yo soy educado y le cedí mi cama acostándome en el colchón del suelo, esa noche entró, nos saludamos, esperamos que se fuera mi hermana de la puerta, me preguntó si cerraba por dentro y le dije que de acuerdo para que nadie nos molestara, esa noche pude descubrir otras partes de su anatomía que antes nunca había visto.
Yo dormía en pijama, luego en bóxer, ahora hacía unos meses que dormía desnudo. Antes de que él entrara en mi cuarto yo ya me había despojado de mi pantalón y mi camiseta y me había metido a la cama. Desde ...
... ese colchón en el suelo oía a mi hermana y a Antolín charlando en el pasillo. Pasados unos diez minutos entró Antolín en el cuarto, yo estaba viendo la televisión, y me preguntó que si no me importaba que durmiera desnudo, que él siempre duerme así, a lo que yo por supuesto acepté, diciéndole que hacía dos meses que yo también dormía desnudo. Me sonrió agradablemente.
Empezó a desnudarse quitándose la camiseta, tenía un torso precioso y fibrado que más o menos yo conocía por el gym, con algo de vello entre el pecho y el ombligo y continuaba perdiéndose en sus pantalones. Su piel es oscura. Mucho vello en las axilas —algo que a mí me ponía muy cachondo a pesar de afeitarme del todo, pero me gustaba el macho—. También tenía unos abdominales increíbles con un ombligo que apetecía absorber. Después se quitó los zapatos y los calcetines y empezó a desabrocharse el pantalón dejando ver la parte superior de su bóxer, para entonces yo ya estaba casi empalmado, pero lo disimulaba con la sábana, se bajó los pantalones enseñándome unas preciosas piernas muy fuertes y bien marcadas con algo de vello, me fijé más en su bóxer y aprecié un bulto más que considerable, tal como había imaginado. Pero, por desgracia para mí, allí paró, se metió en la cama y, una vez dentro, se quitó el bóxer lanzándolo contra el armario. Apagué la tele y nos pusimos a intentar dormir.
¿Que yo podía dormir? No, de ninguna manera, yo no podía dormir pensando que tenía a semejante macho al lado y en mi cama. ...