1. El Camión de las Sorpresas Parte II


    Fecha: 21/01/2022, Categorías: Bisexuales Autor: mariano9a30, Fuente: RelatosEróticos

    ... cubran tu asesinato –
    
    – Tu lo que estabas buscando, querías resolver una fantasía erótica con un hombre rudo y vaya que lo encontraste. Cuéntame, ¿te dolió mucho?. Porque si era un hombre inmenso y grueso, así deberán ser todas sus partes –
    
    – Con los pantalones abajo me arrastró hasta su chinchorro. Me desmallé por un instante por la falta de oxígeno. Allí terminó de someterme. Yo con los pantalones y los interiores en los tobillos, dentro del chinchorro de un hombre tres veces más fuerte que yo. Él estaba con un pantalón corto de pijama y sin camisa. Sentí de nuevo su puñal entre las piernas, mientras me aflojaba el brazo. Me advirtió que no tenía salida, pero también que si cooperaba me iba a gustar de verdad verdad –
    
    – ¿Y te gustó? –
    
    – Te confieso que tenía miedo a que ese loco me matara. De hecho pudo hacerlo sin menor dificultad. Creo que tuve suerte de que le hayan provocado mis nalgas desnudas a la luz de la luna, en una noche de lluvia fría. Un culito virgen que supo como hacerlo feliz –
    
    – Y a tí que desde hace rato te estaba picando, saliste a media noche a ponerlo en bandeja de plata –
    
    – Te equivocas. Si yo hubiera sabido lo delicioso que es sentir que te penetren en la forma tan delicada como El Ángel me lo hizo, entendieras lo feliz que me siento ahora. Pero ese gran carajo me supo seducir. Creo que fue cuando comencé a respirar de nuevo normalmente, metido en su chinchorro, sintiendo el calor de su cuerpo. El contraste tan grande entre unas ...
    ... manos tan fuertes que fácilmente estaban a punto de darte muerte, y de pronto esas manos rudas, que no te dejan escaparte, pero que mucho menos te dejan escapar cuando comienzan a acariciarte –
    
    – ¿Entonces te hizo su mujer? –
    
    – Así me lo dijo teniéndome atrapado entre sus brazos. Mientras me hablaba me besaba los lóbulos de las orejas, y fue allí donde le empecé a agarrar el gusto a su seducción. Me estaba dejando seducir, realmente fascinado con sus habilidades, primero me calentó un poquito, pero se hizo más amable cuando sintió que me estaba gustando, cuando se dio cuenta de que me estaba subiendo la temperatura. Me fue calentando tanto, y me lo fue colocando con tanta delicadeza, que casi le pedía a gritos que me lo metiera –
    
    – ¿Tardó mucho en metértelo? –
    
    – Realmente me pareció una eternidad. Primero sentí mucho miedo al pensar que aquel tolete tan caliente, tan grueso y tan largo que me había guardado entre las piernas pudiera caberme por un orificio tan pequeño por donde ni siquiera en dirección de salida, había dejado pasar a la mitad de aquella lanza punzo penetrante que se gasta. Pero nada más con la cosquilla de su pecho belloso sobre mi espalda cuando me quitó la camisa y sus manos que se paseaban acariciando mi barriga y mi pecho, me hizo sentir tanto placer… hasta el punto de entregarme completamente a sus caprichos –
    
    – ¿Se dio cuenta de que le estabas cogiendo el gusto a sus caricias? –
    
    – Por supuesto que se dio cuenta que me gustaba la forma como ...