Apuesta perdida, sueño cumplido - Relatos Eróticos

Apuesta perdida, sueño cumplido

... gritar. Ella gritaba por algo que a escondidas soñó y hoy gracias a una apuesta pudo cumplir. Nunca más supo de sus amigos. Tercera apuesta lista.

La última excitante fantasía: seducir a su primo en Su departamento de playa. Ella le pidió ir a la playa así relajarse de una mala semana de trabajo y noviazgo. Viajó en la tarde, alcanzó a tomar sol con su bikini que no era pequeño, sino que diminuto. Su primo le dijo bromas por él y ella dijo que era por las marcas del sol y que con el estaba en ”confianza....”. notando como su primo la miraba tras esos lentes oscuros, pidió echará bronceador sobre su cuerpo, solto la parte de arriba y se rio mientras la frotaba y de reojo miraba que estaba editado su primo mayor de Temuco. Él vivía sólo, ya que su mujer se encontraba en Arequipa, con l cual peleaban a menudo, en aquella ciudad al sur de Lima. Se mantuvieron así por mucho rato y su primo casi no respiraba de verla.

Más tarde, al llegar la noche, ella le contó sus “problemas” con su novio y que sentía debía encender la relación. Ya habían bebido lo suficiente para “casi” perder el sentido. Él siempre la miró con otros ojos. Ella le dijo que había llevado algunas prendas que quería él viera y le ayudara a elegir algunas, para seducir a su novio. Le mostró cosas puestas, cosas oscuras y sexis, como bikinis, vestiditos, tacones, polleras, pantis con ligas. Y todo se ...

... encendía. Él sonreía, sin saber que hacer, en su cabeza sólo quería enterrarle su pija., la deseaba a explotar. Su pantalón se notaba mojado y levantado de deseo.

Ella se acercaba cada vez, para que él tocara la tela y le diera consejos. Al mostrarle el último traje, le pidió le desabrochara su vestido, él ardiendo lo hizo, pero además, mordió su cuello, tomándola de sus caderas una y otra vez, la volteaba, la acostaba y la sentaba sobre él… La penetró durísimo casi toda la noche aquel primo que siempre le gustó, conociendo toda su depsrtsmento y terrazas en diversas posiciones, ella se lo mamó, él se la mamaba, le comía su vagina como siempre lo había querido de su pequeña primera rubia. Desde que se encerraba con ella en el closet y tocaba su cuerpo hasta ese minuto. Su culo ya no podía retener tanta leche, su culo recibió todo su deseo. El balcón los recibió bajo la noche oscura. Que espectáculo habrían dado… Al llegar la mañana, ella se había ido sin despedir y con el compromiso a olvidar, terminando así las durísimas pruebas que perdió por una noche de lluvia. Cuarta apuesta.

Mi novia parecía una putita.

Ahora falto yo, que acabo de perder… ya me dijo que debía afrontar algunas cosas que ella quería. Ahí vamos y les cuento. Si estás apuestas son fuertes las que quise para ella, mi novia era de mente aún más tenebrosamente atrevida... ahí estoy ahora debiendo cumplir.