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Araceli seduce a Alicia
Fecha: 31/01/2022, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... conseguí ocupar su boca. Como en el baño del local, nuestras lenguas pronto empezaron a luchar entre ellas. Deslicé una mano entre nosotras y le agarré un pecho. Lo apreté fuertemente hasta que volví a escuchar los gemidos de mi amor. - Date la vuelta – dije. - ¿Para qué? - He dicho que te des la vuelta- la miré fijamente a los ojos, muy seria, hasta que obedeció. La empujé de la espalda para que se inclinara sobre la mesa y me arrodillé tras ella. Levanté su falda y bajé sus braguitas hasta los pies. - Levanta un pie. Alicia obedeció inmediatamente y la despojé de las braguitas. Tenía sus partes más íntimas a mi disposición. Empecé acariciando la parte trasera de sus muslos, subiendo y bajando las manos con suavidad. - Separa las piernas – dije esperando ser obedecida. Alicia abrió las piernas y mis manos recorrieron el interior de sus muslos subiendo cada vez más. Antes de llegar al centro pasé a acariciar su culo. Tenía un culo redondo, duro y muy suave. Amasé sus glúteos apretando fuerte. Alicia intentaba contenerse pero no podía ocultar sus jadeos. La di un fuerte azote, respingó y llevé mi boca a su dulce coñito. Lamí sus labios externos con parsimonia. No tenía prisa. Me di cuenta de que Alicia empezaba a mojarse, abrí sus labios con los dedos y profundicé mis lametones. Sabía dulce y salado, era un sabor glorioso. - Quítate la falda, date la vuelta y siéntate en el borde de la mesa – ordené. Alicia siguió mis instrucciones y seguí con ...
... lo que estaba haciendo. Mis labios llegaron a su clítoris y mi lengua jugó con él. Los gemidos de Alicia eran incontenibles. - ¿Te gusta, amor mío? - Sí, sigue. - Pues esto te va a gustar más. Metí un dedo en el coño de Alicia y succioné suavemente su clítoris. No quería que se corriera pero la tenía que volver loca de deseo. - Aaaaah, ¡qué me haces! La ignoré y metí un segundo dedo. Seguí castigando su clítoris con la lengua y penetrando se coño con los dedos hasta que la noté tensarse. En ese momento paré. Mordí cariñosamente el interior de sus muslos hasta que se alejó su orgasmo. La volví a penetrar con los dedos y a lamer su dulce clítoris. Me llenaba la boca de su miel. Su placer me llenaba de felicidad. Cuando volvió a tensarse repetí la operación. Una y otra vez. Debía llevar cerca de una hora jugando con ella, Alicia gemía y sollozaba de placer. Cuando no pudo más y me dijo : - Araceli, por favor. - ¿Por favor qué? - Por favor, por favor. - Si quieres algo dilo – la contesté. - Quiero … necesito … - Dilo o no te lo daré – amenacé. - Necesito correrme, por favor, haz que me corra. - Abre más las piernas – aproveché para seguir dándole órdenes, no era necesario pero quería reforzar mi dominio y su obediencia. Lamí y succioné su clítoris una vez más, metí dos dedos en su coño y los arqueé buscando su punto G. Seguí frotando ese punto y le di un pequeño mordisco en el clítoris. - ¡Córrete! Córrete para mí, zorrita. - ...